TE ODIO... PERO TE AMO → Jelena 【Adaptación】

Capitulo 17 4/?

Le sonreí nerviosamente y salí hacia las escaleras, pasando por su lado. Pero sin darme cuenta, con lo torpe que soy, tropecé con una de las sillas que estaban allí. Y cuando pensé que aterrizaría en el suelo, sentí unas manos alrededor de mi cintura. Mire hacia arriba, para encontrarme con esos hermosos ojos color miel, y luego mire su sonrisa… Dios, ¿porque estaba sonriendo?

- ¿Te comieron la lengua los ratones? – arqueo una ceja y soltó una pequeña risa. Me zafe de sus brazos incorporándome de nuevo sobre mis pies.
- Yo…Yo-Yo voy a llevarle el…esto a… tu madre – le mostré el vestido que estaba en mi mano. Por alguna razón estaba nerviosa.
- Hm… - asintió riendo un poco.
- ¿Qué es tan gracioso? – murmure. Fue como si estuviera pensando en voz alta.
- Se encogió de hombros – Recuerdos de anoche…

Abrí los ojos tan grandes que juro que casi salían de su lugar…. El dolor de cabeza, desperté en su casa, en su habitación… Todo tenía sentido… ¡El desgraciado se había aprovechado de mí!

Juro que estaba por echar humo en ese mismo momento. Me acerque a él, y le pegue fuertemente en su mejilla.

- ¡Eres un idiota! – 

Esperando que el reaccione. Solamente se quedó ahí parado, con una mano en su mejilla. ¿Estaba confundido? ¿Estaba sorprendido?... ¿Qué esperaba que haga? ¿Cómo esperaba que reaccione al enterarme de que se había aprovechado de mí?

- ¡¿Qué mierda ocurre contigo?! – grito furioso haciéndome pegar un pequeño salto. Si yo estaba echando humo, no se imaginan como debe estar él. Sus dulces y tiernos ojos color mieles se volvieron completamente oscuros. ¡Era el mismísimo diablo en persona!
- ¿Nosotros…nosotros no…? – tartamudee.
- ¿Nosotros no qué? – volvió a gritar - ¿Qué es lo que pensaste? ¿Qué nos habíamos acostado?
- Bueno, yo… -

¡Trágame tierra!

- ¿Tú qué? ¿Pensaste que me aprovecharía de ti? – asentí un poco avergonzada. El bufo – Al parecer, no sabes nada, absolutamente nada de mi – susurro.

¿Cómo se atreve a decir eso? Él fue el que desapareció durante semanas ignorándome completamente… Mientras que yo quería arreglar las cosas, el simplemente huyó… ¡Huyó como un completo cobarde…. Y ni siquiera sabía porque!

- ¿Cómo quieres que sepa de ti si te estuviste escondiendo de mí durante semanas? – eleve mi voz.
- ¿Escondiéndome de ti? – escupió burlándome mientras reía - ¿Desde cuándo te volviste tan importante en mi vida para que me esconda de ti? 

¿Qué se suponía que debía decir? A este maldito punto no quería llegar.

- ¡Entonces explícame porque simplemente dejaste de hablarme!... Si tanto me odias, ¿Por qué me trajiste aquí? Si realmente no te importara me hubieras dejado en esa fiesta.
- Tu no entiendes nada…. – dijo negando con la cabeza – Que te traiga acá y te saque de esa estúpida fiesta no significa nada… no para mí.
- Para mí tampoco – negué con la cabeza – Si te parecía estúpida esa fiesta, ¿Por qué fuiste? – ladee la cabeza hacia un lado.
- Barbara me convenció – se encogió de hombros.

Mi día estaba bien. Mi día iba perfecto…
Hasta que ese estúpido nombre salió de sus labios. ¡Es increíble como esa maldita perra puede arruinarme el día en tan solo unos segundos!

Suspire y esta vez, camine hacia las escaleras, mirando atentamente mis pasos para no volver a tropezar otra vez. Cuando subí el tercer escalón, una voz me detuvo.

- Mi madre no está. Si quieres mirar televisión, hazlo. Haz como si fuera tu casa… Llame a tu amigo, dijo que en unas horas te vendría a buscar, y le dijo a tu mamá que te habías quedado en su casa a dormir ya que no habías llevado tu auto - dijo para luego irse a la cocina – 

Sonreí. Había pensado en todo.
Pero aún así, sentía la necesidad de llamar a mi mamá, solo para decirle que estaba bien. Pero aún no sabía dónde estaba mi bolso.
Camine hacia la cocina para preguntarle a Justin. Él estaba de espaldas a mí preparándose el desayuno. Se veía tan… normal. Me acerque a él para quedar a su lado mirando cada movimiento que hacía.
Cuando abrí la boca para hablar, el me interrumpió. 

- Tu bolso está en el sofá – ¿Qué mierda? ¿Cómo sabía que le iba a decir eso?
- ¿Eres algún tipo de lector de mentes o algo así? – pregunte ladeando la cabeza. Haciendo que el riera. Wow, hice que Justin Bieber se riera. 
- ¿Desayunaste? – pregunto ignorando mi pregunta mientras se sentaba en las sillas para empezar a desayunar.
- Hm.. – asentí sentándome frente de el – Alguien le dijo a su madre que me de mucha comida. Supongo que quieren que engorde o algo así – me encogí de hombros.
- Rio – De nada.
- Sonreí – Gracias. 
- No hay porque – dijo mordiendo un pastelillo.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- No – dijo con la boca llena.
- Te la are de todos modos… ¿Por qué sos tan bipolar?
- Justin casi te atraganta y me miro riendo - ¿Bipolar? – asentí - ¿Qué quieres decir con que soy bipolar?
- Me encogí de hombros – Recién me estabas gritando, y ahora estamos hablando civilizadamente. 
- Es mi forma de ser, Selena – sonrió – Aparte, ¿Quién eres? ¿Einstein? – rio.
- ¿Qué quieres decir? – fruncí el ceño.
- Tu uso de las palabras, suenas muy… nerd. ¿Qué es lo que te ha estado pasando Selena Gomez?
- Tal vez sea porque tuve que juntarme con las nerds del colegio debido a que todas mis amigas tienen algo que hacer todos los fines de semana… - ladee la cabeza mirándolo - ¿Sabes algo al respecto, Bieber?

El soltó una carcajada. Sabía a lo que me refería.

- ¿Por qué crees que tengo algo que ver? 
- Oh vamos. No te hagas el santo conmigo, tengo a todas mis amigas populares y no han dejado de hablar de ti… ¿Qué pensara la arpía cuando se entere? – sonreí malvadamente.
- ¿La arpía? ¿Quién es?
- Oh, es Barbara – me encogí de hombros. El me mando una mirada asesina - ¡No me mires así! – su mirada era fría. Tal como lo era hace unos minutos antes. Cuando pensé que se enojaría y me diría de todo, se empezó a reír. Fruncí el ceño mirándolo - ¿Qué es tan gracioso?
- ¿Arpía? ¿Le has puesto arpía? – dijo poniendo una mano en su estómago tratando de controlar su risa, pero no pudo, seguía riéndose locamente – He escuchado varios apodos hacia ella… pero arpía… - negó con la cabeza riendo – Debo admitir… que fue el mejor que escuche.

Fruncí el ceño mirando cómo se reía…. ¿Por qué lo hacía? Debía estar enojado porque ‘insulte’ a su novia.

Por un momento, dejo de reír y me miro. Pero su risa regreso, y empecé a reír junto a él. Tenía la risa más contagiosa y perfecta del mundo.