Capitulo 4.- Contención de productos.

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Hora: 1.00 am

Recorriendo bajo la corona de la luna, un grupo de hombres manejaban sus vehículos las desoladas cayes de la ciudad, sus ojos se perdían en la fría noche que dejaba salir el lado más salvaje de las personas.

Era toda una caravana para tan solo transporta a un persona, tras una celda de vidrio blindado una joven maniobraba una aguja en su mano derecha; arriesgarse a usarlo le costaría la vida además sabía que no dejarían que la capturaran, ella sabe cosas.

Del otro lado de los barrotes, un guardia consumía de su pipa que se pese a ser anticuada conservaba un aspecto decente; su cabello cenizo y corpulento cuerpo era bueno para darle pelea a la criatura que fue aprisionada.

- Jennifer, ¿no? - exclama el hombre dentro de vehículo autónomo, su mirada se dirigió a la joven a lado suyo, su semblante era aun más frío que el primero quien poseía un ojo blanquecino - Nicolás, ¿tú crees que valió la pena arriesgar a siete de nuestros hombres por ella?, si no te necesitaran viva yo ya hubiera atravesado tu cráneo.

- Si te crees tan fuerte, ¿ por que no entras y me lo demuestras ? - propuso la joven sonriendo sin miedo y antes de que sucediera cualquier otra cosa uno de los vehículos estalla en un estruendo que aturde a todo mundo, bloqueando el paso y haciendo a los civiles escapar del sitio.

- ¡Cubran al producto!, ¡Código 7! - grito el hombre al mando así moviéndose a toda velocidad los vehículos para crear una barrera alrededor de la celda móvil de la chica - Debe ser un tirador, Nicolás, rastréalo.

El joven asiente con la cabeza tomando una jeringa de su bolsillo e inyectándola en su pierna; tras una pequeña sensación de inconformidad este se levanta observando a su alrededor hasta notar una silueta en los edificios cercanos, su visión ahora era nocturna.

- Esta en la fabrica de vidrio abandonada, debió haberse escondido - exclamó el muchacho señalando el edificio aledaño a su ubicación.

- Tomen los trajes y una de las M-17, entre grupo A - los soldados obedecieron colocándose un pechera que se extendió por su cuerpo hasta cubrirlos con totalidad - Si lo encuentran, usen munición no letal si se resiste disparen a las piernas.

- ¡Impacto! - del cielo negro un destallo cayó a un par de metros de ellos generando una explosión.

- ¿Cree que se trate del producto 39?, en el informe menciona que puede crear armas y armamento militar - el joven muestra a su superior el archivo de laboratorio pero este rápidamente devuelve la mirada hacia la celda que transportaba a sus espaldas en un vagón, apartando un poco la vista nota que a unos metros un chico de rostro muy familiar se aproximaba corriendo a toda velocidad - ¿Gabriel Wescott?

* Una hora antes *

- Made in heaven~ made in heaven~ - tarareando una melodía para si misma, aquella hermosa chica de mechones chocolate recargaba su arma sin pensar en otra cosa más que una canción que recorría su cabeza, junto a ella con los ojos puestos en su sonrisa: Gabriel, no sabía que decir hasta que una idea vino a su mente.

- Respecto a lo de la cita, ¿pensabas matarme en realidad? - la chica detuvo lo que realizaba para devolver la mirada a Gabriel, quien se encogió de hombros - Yo solo tenía curiosidad...

Su expresión cambio a una sonrisa para después besar la frente del chico quien con mayor confusión tan solo se enrojeció.

- Nunca pensé hacerte daño real, tan solo quería ver como funcionaba su parasito, aunque... - tomando el arma gira la cabeza de forma curiosa - Aún sigo sin saber que puedes hacer.

Esta muestra un expresión coqueta tomando a Gabriel de la camiseta, sus ojos se fijaron en su boca pero rápidamente desvió la mirada soltando al chico tras refrescar un mal recuerdo de su memoria.

El Alma de Una Sombra (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora