Capitulo 15 (La fuerza del destino)

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Con la mayor velocidad posible, Cristian y Sergio se dirigieron a esa quedada. Después de tantos días, todo el grupo se volvería a unir y tenían mucho que contarse: la relación de Eva y Lucía, la adopción de Sergio por la familia de Javier o que Cristian se iba a América huyendo de la mafia.

Sin ninguna duda ese día cambiaría el rumbo del grupo para siempre.

Fdo

Anónimo
25 de julio de 1994 (5 años después de la tormenta)

Javier

Eva, Lucía y yo nos adentrábamos juntos a ese lugar tan extraño. Nunca, ni siquiera de niños, habíamos tenido las agallas de entrar a ese centenario edificio. Sus paredes destrozadas, sus suelos en los que las plantas reinaban y ese techo de madera humedecida por la lluvia que parecía caerse hacían a este lugar inhabitable.

Aunque fueran las cuatro de la tarde, no entraba ningún rayo de sol, por lo que decidimos seguir adelante, teniendo cuidado con todo lo que había alrededor. Cada ruido nos asustaba cada vez más, incluso Lucía y Eva estaban agarradas de la mano, una apoyada en la otra.

Después de unos minutos, los primeros rayos de sol empezaban a alumbrar el espacio, encontrando un patio interior impresionante.

A diferencia de la fachada, el patio seguía intacto con el edificio en forma de cuadrado alrededor de él. Las ventanas estaban reventadas y las paredes tenían pequeños agujeros, seguramente de la guerra civil. Pero lo que era más importante en ese momento, era que María estaba en medio del patio esperando. Al vernos se acercó y nos abrazó a todos.

- Menos mal que habéis llegado ya. Un minuto más sola y me habría pirado a casa del miedo.- Dijo mientras nos abrazaba. Se la veía más contenta que la última vez que la vi y eso me tranquilizaba.

Lucía dio un paso y susurró algo en el oído, y por la reacción de María no era nada bueno. Su sonrisa se había vuelto en seriedad. Solo afirmó en la cabeza y volvió a hablar:

- Antes he dado un pequeño vistazo y he encontrado un lugar donde quedarnos. Allí hace un poco de frío pero es lo más agradable que puede ser este lugar.- La seguimos hasta una pequeña sala con lo que parecía ser una mesa de madera y unos bancos. Tenía una chimenea y encima de ella un crucifijo que parecía muy antiguo. María decidió quedarse fuera a esperar a los demás, mientras que nosotros nos poníamos cómodos. Lucía y Eva se sentaron juntas en un banco, hablando juntas, por lo que decidí salir a hablar con María. Al salir me la encontré fumando, retomando una de sus hábitos que le aconsejamos dejar. Al verme, lo escondió detrás suya.

-¿Has vuelto a fumar?- pregunté. Al haberla pillado volvió a sacarlo y a dar una calada.

- Con todo lo que está pasando en el pueblo no he tenido otra opción. Da gracias que no haya vuelto con la droga.- Me acerqué un poco más a ella y le respondí.

- No has vuelto con ello porque el camello del pueblo no vuelve desde Carnaval.- María dio una breve risa. Después se puso pensativa.

- ¿Por que nunca volvió?- Encogí los hombros al no saber la respuesta. María volvió a dar una calada mirando al frente.- Y si tiene que ver con la muerte de...-

- No fue por eso. Sus padres le pillaron el negocio y dejó de pasar drogas.-

- Puede que tengas razón.- tiró el cigarro al suelo y se guardó el mechero y la cajetilla en el bolsillo.- Espero que un día averigüe qué pasó, porque siendo sincera, no tengo ni idea.-

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