JavierDespués de estar en el coche durante otra hora más, llegamos a casa. Mi padre me había comprado un libro y tenía muchas ganas de enseñárselo a mis amigos. Por fin tenía algo que mostrar y fardar de lo que los demás, aparte de la televisión, que éramos los únicos en tener una.
Baje del coche rápidamente y fui a mi habitación. Cogí mi mochila azul y metí el libro, una linterna y dos duros que le debía a Sergio por las chucherías. Después me fui rápidamente hasta la cocina donde cogí algunas cosas para comer, como pistachos o pipas. Cuando acabe de hacer la mochila, me despedí de mis padre y me fui rápidamente hacia el bosque, hacia el río Sil.
Siempre seguimos el mismo camino: llegar al árbol negro, ya que estaba quemado y lleno de cenizas, girar a la izquierda y llegar hasta el puente y después pasar unos metros por el bosque hasta llegar allí: el cuenta secretos. Un hermoso lugar de piedra con un acantilado con abajo el gran río. Siempre nos daba mucha paz este sitio, o solía.
Cuando llegué ya estaban María, Lucía, Sergio y Cristian. Sergio estaba junto a María y Lucía mientras que Cristian estaba a unos centímetros de los demás. Los saludé y me senté junto a ellos, abriendo la mochila y sacando la comida. María se percató de que había algo en la mochila y fue a cogerlo.
- ¿Que es esto?- Miró la portada interesada y empezó a reírse. En ella había un payaso.- "Eso", de Estepen Kin.-
- Stephen King.- contestó borde Sergio.
- Bueno perdón señor bilingüe.- Se levantó del sitio y miró la última página sorprendida.- 1200 páginas.- Lo dejó en el suelo.- No pienso tocarlo.- Cristian se acercó a él y antes de cogerlo Sergio le respondió.
- ¿Para que lo quieres si no sabes ni hablar?- Él le miró muy enfadado y gateando se acercó a él.
- Repítelo.- Amenazó Cristian enfadado. Se pusieron los dos a la vez de pie.
- Chicos dejadlo ya.- Aconsejo María, acercándose a Cristian. Lo agarró del brazo.- Somos amigos,¿verdad?- El chico se soltó de ella y se acercó aún más a él.
- Me tomas por un maricón y no lo soy, alemán. Puede que el marica eres tú.- Cristian apretó sus puños apuntó de abalanzarse sobre él. Soltó faltaba una palabra para desencadenar esa tormenta.- Puto nazi.- De un momento a otro, Cristian ya estaba agarrándole del cuello, con un puño cerrado. María se volvió a acercar.
- ¡Que lo dejéis ya!- Lucía también se acercó a ella. Cogieron a Cristian de la cintura y tiraron lo más fuerte que pudieron, mientras que yo intentaba calmar a Sergio y hacer que se soltara. Todo era un festival de gritos y violencia, hasta que se oyó como algo se caía de la mano de María al suelo de piedra. Todos nos quedamos mirándolo por unos segundos, que después volvieron a Lucía. Lentamente se iba hacia el suelo, recogiendo el anillo. Lo cogió con cuidado y lo puso en sus temblorosas manos. En ese momento Mario y Eva llegaron, quedándose ahí quietos. María dio un paso al frente.
- Lucía, yo...-
- ¿Por que tienes el anillo de Julia, María? Dame una respuesta ya.- Lucía entró en rabia empujando cada más cerca a María al acantilado.- Me dijiste que lo habías tirado. Me lo prometiste.-
- Lucía, el anillo no fue de ella nunca.-
- ¿Y por que lo llevaba puesto en la fiesta?-
- Porque se lo dio Victoria. Se lo dio para joderme y que Oscar me odiara...-
- Pero no acabó matándote a ti, acabo matando a Julia.- respondió Mario acercándose a ellas. Las llevó hasta el centro del lugar, por si se caían y nos sentamos en un círculo.
- Todos estuvimos en la fiesta. Todos sabemos lo que ocurrió.- susurró María.- Que mi hermana esté ahora muerta fue por esto.- levantó el anillo para que lo viéramos mejor.- Una pieza pequeña y normal, arruinó la vida de mi familia.-
- Y al pueblo.- respondí yo. Después de su muerte el pueblo se llenó de gente, solo para ver el caso y su historia. Miles de interrogaciones, cámaras y miles de periodistas . Fue todo un calvario. Lo peor es que nunca consiguieron llegar a nada, nunca supieron el porqué de su muerte, y estaba delante de sus narices.
- Mirad el lado bueno, ella nos unió a todos.- Añadió Cristian.
- No hay lado positivo a una muerte, Cristian. No hemos estado unidos nunca y al paso que vamos menos aún, madurad un poco hostia.- Exclamo Eva enfadada. Nunca entendía porque veía todo tan negativamente. Pegar gritos era su única opción para todo. Se levantó del sitio y se puso en dirección a irse pero Lucía la paro gritando su nombre:
- No estaremos unidos si nos rechazas como somos y te vas huyendo.- La miró llena de desgana. Lucía alzó la mano pero Eva empezó a negar con la cabeza.
- Demasiado tarde.-Sin mirar atrás se fue de nuestra guarida. La quedamos mirándola atónitos. Pude ver como Lucía se agarraba a la mano de María entre pequeños sollozos. Por una extraña razón sufría por ello.
- Fue por esa fiesta de Carnaval.- Dijo Sergio rompiendo con el silencio. Las miradas se centraron en él.- Según lo que me queda de hoy es que nuca debimos de ser amigos. Pues vaya gilipollez.- Se levantó y se fue junto con Mario que no propuso nada.
- No es culpa nuestra que Julia muriera. Tienes que afrontarlo Lucía. Aprende a hacerlo.- Cristian también se fue de allí, quedando ellas dos y yo. Me acerqué un poco a ellas.
- Pues yo no arrepiento de conoceros y no me pienso ir.- Contesté yo.- Somos y seremos amigos, en las buenas y en las malas. Es de eso de lo que va la amistad, ¿verdad?- Nadie respondió a mi pregunta, solo se quedaron mirando hacia un punto sin moverse. El silencio había respondido por mí. Se estaba acabando todo.
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EL MONJE
Terror1989, Galicia. En un remoto pueblo, un grupo de niños para escapar de sus vidas marginales y llenas de odio, huyen hacia la ciudad, pero por el camino algo les encuentra.