—¿una fiesta?
—ajá, en tu casa.— decía sonriente el rubio.
–estás bromeando.— taehyung jala sus cabellos desesperado y grita. —¡dime que estás bromeando!
—eso no me gustaría... ni a las cincuenta personas que invité.— Jimin se encoge de hombros y taehyung suelta un chillido.
Estaba jodido.
((🔍))
—¿iras a la fiesta?— el moreno preguntaba con una media sonrisa en el rostro, jungkook asiente.
—no conozco mucho a Jimin, pero taehyung, el es lindo.—y entonces, contradiciendo sus propios impulsos, jungkook se encontraba a algunos segundos de decir algo que jamás se hubiera atrevido ni siquiera a aceptarlo.
— así que... —el moreno alarga la última sílaba. Como si solicitara más tiempo del que es necesario para pensar antes de seguir con su charla.— taehyung es lindo.
Jungkook medita durante un instante y luego sonríe. Pero lo hace por que es verdad, taehyung es demasiado lindo. Con una sonrisa de chico adorable y una voz tan armoniosa, que hace que quieras oírla y oírla.
—bueno, eso fue lo que dije.
—claro, y eso fue lo que yo escuché.
Jungkook ríe. Pero no porque él comentario de su amigo le haya causado gracia, sino porque en ese mismo instante, el jeon más popular y encantador del instituto se encontraba nervioso. Por el simple hecho haber nombrado a un chico.
((🔍))
—no entiendo porque estás enojado.
Caminaban tan despacio que cuando llegaron a las escaleras no se dieron cuenta y subieron solo porque sus pies seguían moviéndose.
—invitaste a cincuenta personas a una fiesta en mi casa, cabe recalcar que sin mi permiso. ¿Y todavía tienes la vergüenza de preguntar porque estoy enojado? Jimin eres increíble.
—¡lo hice para que hables con Jungkook!
—¡una fiesta seria mi última opción para hablar con Jungkook!
—deberías agradecerme.— taehyung se le quedó mirando sorprendido por su tono de voz enfadado. El rubio solo se cruzó de brazos y continuó: — solo lleve a cabo mi plan....
—se supone que debíamos llevar a cabo el mío.— la voz de ambos chicos empezó a elevarse. Y ahí estaban, peleándose a mitad de la escalera, por culpa de un chico con el que ni siquiera habían intercambiado más de tres oraciones completas en lo que iba del año.