Aún puede sentir los labios de jungkook contra los suyos, la energía del momento. Vuelve a sonreír, y lo ha estado haciendo tanto que probablemente le duela la boca más tarde.
Se siente perdido, confundido, extraño, porque Taehyung nunca había enfrentado el desafío de besar a alguien, y Jungkook... bueno, él es un desafío de principio a fin.
—eres alguien realmente especial.— dice Jungkook, su mano sigue entrelazada con la del castañito.— permíteme mostrártelo... permíteme hacerte feliz, permíteme mirarte, abrazarte.
Sus dulces ojos marrones brillan como si fueran mágicos.
Son los mismos que ahora lo miran con amor ¿no es así? Cuando meses atrás pensó que eso nunca sería posible.
—permíteme ser especial para ti como tú eres para mi.
Taehyung está sonriendo, aprieta su mano una vez más. Se siente en lo alto, tocando las nubes. Porque Jeon Jungkook está ahí con el, y es parte de ello, de lo que lo está haciendo feliz.
¿Debería besarlo? ¿Abrazarlo?
Probablemente la razón por la cual no fue él mismo el que confesó sus sentimientos, fue porque no podía decidirse cual opción elegir.
—tú ya eres especial para mi, tanto que no soy capaz de recordar el momento en el que me empezaste a gustar.— la felicidad en la voz de Taehyung es contagiosa, más que eso, encantadora.
Jungkook lo vuelve a besar, pero esta vez hace algo con la barbilla que deja encantado a Taehyung, lo toma por la cintura, y presiona sus bocas con fuerza. Es imprescindible, divertido y embriagante.
Toma las mejillas de Jungkook como si fueran hechas de vidrio, lo qué hay frente a sus ojos, aquella galaxia café, aquellas pestañas delgadas, aquellos labios dulces y adictivos, está seguro de que nunca se cansará de verlos.
