—esto no es justo, ¿por qué soy yo al que arrastras siempre?
—porque no hay nadie que se deje arrastrar más fácil que tú, literalmente.
Le respuesta de Jimin hace enojar mas a taehyung, no por su tono desinteresado y sarcástico, sino por el hecho de que lo lleva jalando de la manga por todo el patio del instituto.
—Jimin esto no es gracioso.— el moreno trata de zafarse del agarre de su amigo, pero no lo logra así que solo se da por vencido.
—que bien, nunca intenté que lo fuera.
Ambos chicos paran enfrente de los árboles que está en el patio trasero del taller de artes, taehyung vuelve a suspirar. Y seguramente si sigue así terminará con acabarse todo el oxígeno del planeta.
—¿qué querías? Porque si buscabas hablar conmigo, de una vez de digo que esa no era la manera.— la sonrisa de Jimin es diferente a las anteriores, como si estuviera a punto de decir algo que se supone que debería ser secreto. Taehyung parece entenderlo y deja que siga.
—hable con namjoon, y logre sacarle cosas... interesantes.
—¿namjoon? ¿El amigo de Jungkook?
—el caliente amigo de Jungkook.
Taehyung lo insulta en voz baja pero sonríe. Jimin no puede dejar de ser como es, y el castaño no podría estar más agradecido, porque no importa cuantas veces se hayan enfadado, seguirán siendo los amigos inseparables que siempre han sido.
—dijo que está soltero, Jungkook nunca ha salido con alguien, compró entradas para un concierto de billie eilish pero las perdió, y yo fui el que atoro la puerta el día de la fiesta.
—podrías repetir todo, no entendí ni una sola palabra.— interviene el castaño mientras mira a la gente pasar, unos lo saluda con un leve movimiento de manos, el cual no duda en responder, otros simplemente lo ignoran.—oye, ¿hablas de la puerta? ¿De esa puerta?
—¿Jungkook no te lo ha dicho? El martes pasado mientras guardaba mis cuadernos, llego y menciono algo de no ser tan obvio.. creo que se dio cuenta de que fui yo.
Entonces taehyung lo ve, está saliendo del instituto revisando su celular, cuando Jungkook está a unos cuantos metros de él, siente los orbes ajenos sobre su persona, y levanta la mirada para dirigirle una sonrisa de oreja a oreja.
