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Jeonghan y Mingyu se besaban frenéticamente en la habitación del moreno.

—¿Hasta cuando vamos a seguir así? —preguntó el mayor, separándose del chico.

—Hasta que convenza a mi padre de que esa idea de casarme con Wonwoo es estúpida.

Jeonghan se rió ante la mención del duque de Seúl.

—Todavía no puedo creer que te vayan a casar con ese idiota. Lo único que sabe hacer es llorar y avergonzarse a sí mismo en público.

Mingyu sonrió al recordar cómo se había caído el chico cuando estaban en una obra benéfica, al momento en que su zapato entró en contacto con la alfombra sólo hicieron falta cinco minutos hasta que él hiciera el ridículo a nivel mundial, todo había sido inmortalizado en fotografías.

A Wonwoo lo conocían como el "Príncipe desastre", claro que eso era únicamente dicho a sus espaldas, debido a que el chico era sensible probablemente lloraría hasta quedarse seco si supiera lo que pensaban los demás de él.

—Espero que no te encariñes con ese torpe. Terminará incendiando el palacio antes de que termine su primera semana juntos.—los dos se rieron por la ocurrencia de Jeonghan. Era bien sabido que a veces las personas se lo ponían un poco difícil a Wonwoo sólo para divertirse un rato.

Aunque a él a veces le parecía que eran un poco duros, aún se reía.

—Sabes que al único que amo es a ti.—dijo tomando la cara del mayor para besarse de nuevo.

Se escucharon toques en la puerta, y detuvieron sus muestras de afecto.

— Adelante.—dijo el moreno.

— Alteza, su padre requiere su presencia en su oficina.—dijo Seungkwan, un sirviente del palacio.

—Gracias, Seungkwan. Puedes retirarte.—el chico salió haciendo una reverencia.—Debo ir, te veré en la gran cena.—se retiró, no sin antes darle un beso a su amado.

Saliendo de su habitación se dirigió hacia la oficina de su padre. Al llegar allí tocó la puerta y cuando recibió permiso, entró.

—Padre.—dijo haciendo una reverencia, después de todo su padre era el rey.

—Siéntate. Quiero que hablemos sobre tu... amigo.

Pensó que tal vez su padre ya había considerado disolver el matrimonio con Wonwoo.

—¿Y bien?—se sentó, esperando respuesta de su padre.

—Me pediste que reconsiderara la decisión acerca del matrimonio con el joven duque de Seúl. Y después de meditarlo pienso que lo mejor para las dos partes es mantener el acuerdo.

—¿Y por qué no puedo casarme con el duque de Incheon? A final de cuentas los dos son duques.

El hombre mayor entrelazó sus dos manos y se recargó en su escritorio.

—Eres joven, Mingyu. Aún no entiendes las cosas que la monarquía implica. Tienes veintisiete años, pero aún te queda un largo camino para madurar. El joven Jeon ha sido preparado desde su nacimiento para ser el consorte real, mientras que el joven Yoon sólo ha sido criado para ser un duque.

—Puede tomar clases, padre. No quiero casarme con ese chico.

—No es querer, es deber. Vas a ser el monarca de esta nación. Tus deseos serán relegados a segundo plano y primero irán las necesidades de tu país.—dijo su padre tranquilamente. Kim Tarhyung era conocido por enfrentar las cosas sin perder la calma.

Royal Lies | MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora