Existen momentos en la vida en los cuales uno no tiene derecho a tomar decisión sobre ellos. Incluso cuando se trate sobre uno mismo; si la vida decide que tú no debes intervenir, entonces nada hará que evites tal suceso.
Injusto es para quienes esperan tanto por algo en su vida, y de pronto ésta decide que la felicidad no es para ellos. También decide ser caprichosa y a quienes no buscan nada les da todo, ¿casualidad? Poco probable. ¿Inmerecido? Totalmente.
Sin embargo, el momento en que la vida decide por ti, y esa decisión resulta traer una felicidad que no existía en las posibilidades, eso es lo más extraordinario e irónico de la vida misma.
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Cuando se toma una decisión incorrecta inmediatamente se sabe. La angustia ataca tu pecho como una enemiga, la culpabilidad se instala sobre tu conciencia como un vecino indeseado y el arrepentimiento te abrazará por el resto de tus días.
Es así como la luz del alba bañó con vergüenza al príncipe, lo que había hecho, lo que estuvo a punto de hacer, fue algo que no le permitió conciliar el sueño por la noche. La mirada aterrorizada de Wonwoo le acompañaría hasta el día en que muriera.
Sabía que fue el momento equivocado para explotar con todo lo que venía cargando desde hacía tiempo, pero no existía justificación para lo que sucedió la noche anterior. Después de pasar la noche en vela decidió que lo más sano sería esperar por Wonwoo para pedirle una gran disculpa y tratar de encontrar un punto medio en esa inconveniente relación.
Con suma vergüenza le pidió prestada su ducha a Jisoo al ver que Wonwoo no saldría pronto. Por más que buscó algún consuelo la culpa volvía a él, y definitivamente era un sentimiento que no le agradaba bastante.
Como un cobarde se tardó más de lo usual aseándose, al rasurarse no podía verse en el espejo sin que los ojos aterrorizados de Wonwoo acecharan de nuevo en su memoria. Apresuró la tarea para después meterse a la ducha, cuando tuvo un pequeño descanso de sus pensamientos culpables trató de pensar en Jeonghan.
Quizá estuviese aún dormido, sonrió al pensar lo perezoso que el hombre era. Suspiró, dejó caer su cabeza contra los azulejos al frente. Quería gritar de frustración por las emociones revueltas dentro de él. Luego de un tiempo más de lo normal decidió afrontar las consecuencias de sus actos, saliendo de la ducha se secó y vistió con solo un pantalón negro y una camisa blanca.
En su mente repasó cómo abordar el tema con Wonwoo, caminaba nervioso en la habitación de Jisoo tratando de encontrar las palabras que le llevaran al perdón. Levantó la cabeza al escuchar que tocaban la puerta y a Jisoo asomándose tras ella.
—Pido una disculpa, Alteza. Pero, me gustaría poder ducharme. —dijo algo avergonzada. Mingyu negó.
—No te disculpes, es tu habitación y vine a sacarte de ella, soy yo quien debe disculparse.
Jisoo entró, con su ligera bata que hacía juego con su pijama. Cruzada de brazos lo observaba sin decir nada, al ver que no le decía nada decidió salir.
Salió de la habitación de Jisoo, observando a los guardias que custodiaban la suya le hicieron una reverencia y el solo asintió sumido en sus pensamientos. Su mano temblaba un poco al tomar la perilla, tomando una respiración cuadró los hombros y entró.
De todos los escenarios posibles que pensó a los que se enfrentaría después de lo que hizo, jamás imaginó el que se le presentó.
Wonwoo ocupaba la cocina, a comparación de la habitación de Jisoo la cual era más modesta, la habitación de ellos era enorme luciendo más como un apartamento que un cuarto de hotel convencional. Mingyu tragó, su corazón martilleaba fuerte contra sus costillas, no sabía cómo abordar el tema o qué decir.
Sin embargo, antes de pensar en algún movimiento, el delgado hombre se giró con una sartén en sus manos, al verlo bajó la mirada y le hizo una reverencia. Eso hizo a Mingyu fruncir el ceño, al ser su esposo no debía mostrar su respeto como todos los demás.
Al dar un paso al frente Wonwoo asustado caminó hacia atrás tratando de poner la mayor distancia entre ellos. Mingyu suspiró enojado con la situación que él mismo creó.
Pasó de largo yendo a la habitación, trató de distraerse un poco viendo los detalles de la gira, incluso habló con Jeonghan quien con solo su voz lo tranquilizó, pero omitió contarle el incidente que había ocurrido.
Pasó bastantes horas pensando en la forma de resolver este asunto. Y solo pudo llegar a una conclusión; si su padre quería que le demostrase que era lo suficientemente capaz para estar en el trono entonces se lo demostraría.
Se puso en pie dispuesto a poner las cosas en orden de una vez por todas, tomó una respiración profunda para después abrir la puerta del dormitorio y salir de allí. Encontró a Wonwoo en la sala observando la ciudad por la ventana, aquello le pareció como observar una bella ave que miraba el exterior desde su jaula de oro. Negó.
Cuando el hombre lo vio se puso visiblemente tenso, se acercó sentándose en el blanco sofá.
—Wonwoo, me gustaría que habláramos. —le dijo al mismo tiempo que señalaba el sofá frente a él. Receloso Wonwoo se acercó en silencio.
Carraspeó tratando de encontrar las palabras con las cuales comenzar.
—Quiero pedirte una disculpa por lo que sucedió ayer en la noche. No voy a excusarme porque nada que diga va a borrar lo qué pasó, o el hecho de que lo que hice, o estuve a punto de hacer es horrible. —observó el pálido rostro del hombre el cual solo miraba hacia la mesa que los separaba y jugaba nerviosamente con sus dedos. —Pero, necesito ser honesto contigo si queremos que esto funcione. Los dos sabemos que esta unión no fue por gusto, y aún así no tiene por qué ser razón para que nos queramos matar el uno al otro. Necesito que entiendas que yo amo a Jeonghan, aunque amo aún más a mi país y es por eso que me casé contigo, pero eso no hace que mis sentimientos por él se desvanezcan.
Wonwoo continuaba con la vista en la mesa, el ligero temblor en su barbilla era la prueba de que le estaba oyendo.
—Me he portado como un imbécil estos últimos meses, a decir verdad te culpaba por esta idiotez de la boda porque siempre supe que sentías algo por mi y creí que te habías empeñado en te correspondiera. Sin embargo, lo que hice me hizo abrir los ojos sobre que, si bien nuestra relación no es la mejor o como la hubiésemos imaginado, no es razón para no llevarnos bien. —las mejillas de Wonwoo se volvieron rosadas.
Desesperado por el silencio se paró para después sentarse sobre la mesa y quedar a pocos centímetros del hombre.
—Te pido que tratemos de ser amigos por nuestro bien común, no podemos ser amantes pero podemos tener una relación amistosa y ser un buen equipo. —le dijo creyendo que era la mejor solución para salvar su matrimonio.
Le extendió una mano, ofreciéndola como una tregua, esperó paciente durante varios segundos. Cuando finalmente Wonwoo estrechó su mano una carga se levantó de sus hombros.
Definitivamente se esforzaría en llevarse bien, se lo debía a él y a Wonwoo, que sin importar cómo se dieron las cosas al final del día era su esposo.
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Royal Lies | Meanie
Fanfic❑ Mingyu x Wonwoo ❑ Contenido Homosexual ❑ AU! Monarquía ❑ Lo escrito es ficticio.