You are the Only One (Clexa)

Capitulo XIX

En Algún Lugar

Gritos

Suplicas

Lamentos

Es lo único que se oía a través de los muros que la mantenían encerrada. Habían transcurrido varios días desde su encierro, o eso calculaba según la poca luz que se colaba por las grietas del techo. Sentía como poco a poco la paciencia que había desarrollado con años de entrenamiento se estaba yendo por completo a la mierda, tomó una respiración profunda y tiró con fuerza de las cadenas que mantenían sus manos atadas, sus muñecas hace mucho empezaron a punzar por los continuos intentos al mismo tiempo que su sangre se escurría entre sus dedos

― No estás logrando nada. Lo sabes ¿no?

Bufó molesta fijando su concentración en intentar, por todos los medios, sacar sus manos de aquellos grilletes, sus muñecas comenzaron a crujir y los músculos de sus brazos a resistirse

― Deberías intentar cortarte las manos, tal vez resulte más efectivo

Continuo ignorando su entorno, tomo varias respiraciones profundas e hizo un poco mas de esfuerzo, Rechinó sus dientes tratando de aguantar el dolor, pensaba que si persistía, aunque sea un poco, sus manos empezarían a deslizarse. Un milímetro sería suficiente, solo uno

Pero el dolor era insoportable

Y sus fuerzas casi inexistentes

Sus brazos cayeron desmayados, no podía sentirlos o siquiera moverlos. En un impulso impacto su cabeza contra el muro tratando de ahogar sus frustraciones, de fondo, escucho como unas carcajadas inundaban el lugar haciendo que su ira e impotencia aumentara considerablemente.

― Gran plan Heda, morir antes de que nos maten ― Ontari de Azgeda, la única Nightblood de Ice Nation que no participó en la cónclave pasada, se encontraba riendo como si no se hallase encadenada y privada de cualquier tipo de libertad.

― ¡¿Quieres cerrar tu maldita boca?! ― Gritó intentando callar sus ruidosos carcajeos ― Al menos estoy intentando algo ¿Qué diablos has hecho tú en todo este tiempo?

Poco a poco la risa fue disminuyendo pero la sonrisa burlesca jamás desapareció de su rostro ― Parece que el encierro ha afectado tu razonamiento Heda ― se encogió de hombros despreocupadamente ― Debemos aceptar lo obvio. No hay escapatoria inmediata de este lugar.

― Ella tiene razón, no deberías desperdiciar tus fuerzas en algo que no tiene solución ― La voz de Luna Kom Flokru se hizo oír entre la penumbra ― Solo queda esperar, con el tiempo sabremos que quieren de nosotras.

Y precisamente tiempo era lo que no tenía

Se dejo caer pesadamente en el suelo, tratando de acomodarse con todas las cadenas que la confinaban, observo como la escasa luz que las alumbraba terminaba por extinguirse, figurando el principio de otra interminable noche, o así lo sentía cada vez que su mente repetía una y otra vez la forma en que termino donde se encontraba.

Y es que, A solo unos kilómetros de llegar a Polis fue interceptada, en ningún momento pensó lo inusual de la situación, tampoco era nada que no pudiera manejar, hasta que la cantidad de personas se multiplico de forma ridícula, de repente ya no eran solo 10 personas sino casi un ejército intentando detenerla, aun recordaba la sensación de su espada atravesando cada cuerpo que se interponía en su camino, uno tras uno fueron cayendo, sin embargo, nada de eso basto para hacerse paso, en un segundo fue acorralada y en el siguiente le estaban inyectando un liquido extraño que le hizo perder el conocimiento y despertar en aquella celda.