capitulo 7/15

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Ignotus tuvo que esforzarse lo suficiente para mantener su sonrisa mientras observaba como Cadence se probaba el vestido de novia frente a un enorme espejo levitante. La chica le había invitado para que le viera y de paso para que probara junto a ella los aperitivos que tenía pensado repartir el día de su boda.

Cadence se veía hermosa con su vestido blanco, las telas finas del vestido y la forma en que fue creado resaltaban la diminuta cintura de la novia, era algo que Ignotus debía admitir, a pesar de eso no sentía remordimiento alguno por lo que haría, era la única forma. La única para que Cadmus y el estuvieran juntos para siempre.

Antioch le había enviado una lechuza aquella mañana avisándole que emprendería el regreso al día siguiente, ya llevaba casi cuatro días en aquel pueblo, y seguramente entre todo lo que traía, estaba el veneno que le ayudaría matarla.

— ¿Crees que se me ve bien, Ignotus?—Preguntó la chica algo nerviosa, el hermano de su prometido habia guardo silencio a penas le vio. — ¿Crees que impresionaría lo suficiente a Cadmus?

Ignotus suspiró, se colocó de pie y le miró a los ojos.

—Me gusta, te ves realmente hermosa, Cadence—Le sonrió— ¿Sabes?— Murmuró viendo esta vez el espejo—Una corona de flores blancas se te vería hermosa.

Cadence sonrió al imaginárselo. Dio una vuelta sobre si y suspiró.

—Me encanta—Dijo—Le diré a mi madre que la mande hacer la noche antes de la boda. —Le comento—estoy tratando de no olvidar la ceremonia, soy muy mala memorizando cosas.

Ignotus rio al escucharla.

—Calma—Le susurró—yo te ayudare, sin olvidas algo yo hare aparecer las palabras sin que nadie se dé cuenta.

— ¿R-realmente harías eso por mí?—Dijo conmovida.

Ignotus asintió.

—Claro que sí, no solo somos cuñados, somos amigos ¿No es así?

Los labios de Cadence temblaron, abrazo a Ignotus y sus ojos se humedecieron ligeramente. —G-gracias por... todo esto, apoyarme y no estar molesto conmigo—Le dijo—Yo sé que tu querías...

Ignotus toco los labios de Cadence con uno de sus dedos para que ella guardara silencio. —Ya eso es pasado—le comento—Antioch y yo nos casaremos, se ha ido de viaje a aguas negras. Está buscando una casa para nosotros allí.

— ¿Una casa?—repitió ella limpiándose las lágrimas—pensé que vivirían en la mansión de su padre... junto a nosotros.

Ignotus negó.

—Antioch el... es algo complicado ¿Sabes? Quiere completa privacidad—Le dijo a Cadence, fue hasta a bandeja donde habían mas aperitivos y comió—y bueno, creo que sería lo mejor. Te volverías loca viviendo con nosotros y Antioch, te lo aseguro, además si yo vivo en otro lugar tendrías la excusa perfecta para irme a visitar ¿no te parece?

Cadence rio al escucharle y asintió, agarro uno de los aperitivos que Ignotus le había pasado y comió.

—Si... tienes razón, me encanta viajar.

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Ignotus no había logrado dormir lo suficiente aquella noche, y al día siguiente cuando despertó. No se despegó de la ventana hasta que observo cuando anocheció la figura de Antioch acercándose a la mansión sobre su caballo.

Bajo corriendo las escaleras, tropezándose con Cadmus el cual al parecer tenía las intenciones de hablar con él a su habitación.

— ¿A dónde vas con tanta prisa?—Le preguntó a su hermano—Quiero...

—Ahora no, Cadmus—Le corto enseguida—Antioch ha regresado, y yo iré a recibir a mi prometido.

Dejo con la palabra a Cadmus en la boca, y bajo con el corazón en la garganta a recibir a Antioch. Abrió la puerta y le observo llegar y bajar de su caballo.

—Aquí estoy, amor—Dijo viéndole, sonrió de oreja a oreja con prepotencia y se acercó para besarle, los brazos de Antioch apresaron la cintura de Ignotus y su lengua se enredó con la de su hermano mayor, sintió como las manos de Antioch se deslizaba por cintura hasta llegar a su trasero y acariciarle para luego empujar contra el para qué sintiera su miembro.

—Te extrañamos—susurró en su oreja.

Ignotus se separó de él algo agitado.

— ¿Lo... trajiste?—Murmuró en voz baja, viendo los ojos negros de su hermano— ¿Lo trajiste, verdad?

Antioch asintió.

Uno de los elfos se apareció, dio la bienvenida a uno de sus amos y llevo al caballo hasta el establo. Antioch tomo la mano de Ignotus y la beso, se toparon con Cadmus cuando este bajaba las escaleras.

—Bienvenido, hermano...

—Ya recibí la mejor bienvenida, a menos que tú también quieras besarme.—Le exclamo el hombre.

Cadmus frunció el ceño, molesto.

Antioch le ignoro y jalo el brazo de Ignotus para que le siguiera camino arriba hasta su habitación. Cuando llegaron a la habitación del hermano mayor, ambos entraron. Antioch hechizo el lugar para que nadie les escuchara.

—Lo traje, claro que lo traje. Estoy cumpliendo la parte de nuestro trato, hermanito.

—Muéstrame—Pidió ansioso— ¿Qué es?

Antioch soltó una pequeña risita, y abrió el bolso de tela que llevaba. Saco de este un cofre pequeño de color negro y lo abrió.

—Arándanos venenosos, Ignotus—le dijo.

Ignotus se sintió insultado al ver aquello, esperaba algo más impresionante algo más...

— ¿Esto...la matara?—Preguntó inseguro.

Antioch suspiró.

—Si te comes unos racimos de esto, uno tras otro, morirás en menos de diez minutos. No sentirás dolor. Tu respiración se detendría y hasta allí llegarías, no es una mala muerte ¿No es así, amor?

Ignotus se mordió los labios al escucharle.

— ¿La mataremos enseguida?—Preguntó sin entender completamente.

Antioch negó.

—He traído algo para ella, y para ti. Envíale una invitación mañana para que tome té con nosotros y también para que reciba el regalo que le he traído. Prepararas nuevamente el postre que leche y fresas que tanto le gusto. Pero esta vez al postre le agregaras arándonos. Iras con elfo a comprar arándanos comestibles al pueblo, y entonces cuando prepares el postre colocaras solo uno, solo un arándano venenoso. No la matara de inmediato pero si afectara su salud en algo. —le explico—luego, poco a poco le iras dando un arando tras otro, en diferentes oportunidades hasta que muera.

Antioch le entregó el cofre a Ignotus y le miró a los ojos.

— ¿Comprendes? —Le dijo— ¿entiendes el plan?

Ignotus asintió, sostuvo el cofre con fuerza y sonrió.

—G-gracias, hermano...

Antioch le observo sonreír.

— ¿Gracias...?—Repitió el—Ignotus.... quiero tu culo sobre mi polla después de la cena.

Ignotus asintió, estaba animado. Celebraría aquella noche con su hermano.

—Está bien, amor—Murmuro a Antioch imitando la forma en como le decía, y le dio un beso en los labios.

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Muchas gracias por sus votos y comentarios!

Besos♥

¿Hasta ahora que le ha parecido la historia?


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