Capítulo 5

1.7K 203 43
                                    

El ganado de Emma es realmente precioso. Los niños realmente son cuidados como es debido, y parece que todo está en orden; pero, incluso así, los superiores desconfían un poco de Emma. Pues, es bien sabido que ella fue la única de esta granja en quedarse, mientras los demás huyeron.

De forma muy sospechosa.

Y a pesar de las duras y difíciles circunstancias en el proceso de convertirnos en las mejores candidatas a ser Mamá, ella seguía sonriendo. Ella, de todas nosotras, era la que mejor llevaba las cosas.

Siempre odié ese optimismo y esa sonrisa. Porque mientras todas nos hundíamos en las penumbras, ella resplandecía. La odio, pero en cierta forma, la admiro y respeto.

Después de todo, nadie seguía siendo la misma después de convertirse en Mamá. Y para mi gran sorpresa, ella resultó ser la mejor candidata a Mamá a los 28 años, e incluso, dio a luz a dos bebés.

O eso se rumora. Pues es bastante raro que se den los gemelos o mellizos.

Y mientras ella salía a controlar la mejor plantación, Grace Field, una de las mejores.

Yo seguía aquí, pudriéndome.

¿Cuántas noches no rompía en llanto silencioso por esta miserable vida?

¿Cuántas veces no deseé morir o salir de ahí cuanto antes?

Y sólo salí de ahí, a mis 35 años, como ayudante. Algo era algo, pero, no me satisface.

Si yo consiguiera ser la Mamá de esta plantación, cuidando del ganado, mi vida estaría más que asegurada. Pues ser Mamá, siempre implica ser la mejor, esto siempre es una competencia.

Y el más fuerte, gana. Y el más débil, perece en el olvido.

Sé que ella no es tonta. Sé que está consciente de que puedo quitarle su puesto con tal de salvar mi pellejo, y no me importa. Pues tarde o temprano, seré la Mamá de este lugar, Grace Field.

Sólo necesito hallar una brecha, un error, y esa será mi oportunidad.

Oh Emma, vas a caer y ni siquiera imaginarás lo feliz que aquello me hará.

Sonrío de tan sólo imaginarlo.

— Hay cambio de planes. — dice aquella niña de cabellos naranjas, Norma. En su rostro hay una sonrisa, me mira. — Jugaremos "las traes", pero, será contra el reloj. — dijo, sacando un reloj de bolsillo, aquello me sorprendió un poco.

— El tiempo límite será de 30 minutos, y sólo tendrán 10 minutos de ventaja. — habló un castaño oscuro, sino mal recuerdo, Rei. Él también me miraba, y yo sólo sonreía. — Después de que esos 10 minutos pasen, la hermana Dalila procederá a atraparnos a todos. ¿Está de acuerdo, hermana Dalila? — me preguntó sonriendo.

— Por supuesto, no hay problema. — ¿Acaso tramaban algo? ¿Por qué sonríen? ¿A qué se debe?

Sea lo que sea, lo descubriré.

...

Emma estaba en la habitación junto a los demás bebés, velando por ellos, meciendo entre sus brazos a la pequeña Zary, quien yacía dormida. La acostó, acariciando su carita y cabellos con cariño y cuidado.

Como lo hacía con todos sus niños, y aún más, con sus hijos.

Sacó su "reloj", abriéndolo. Todos empezaron a dispersarse, pero sabía, que sus hijos lo lograrían. Sonrió, ahora le tocaba a ella hacer su parte.

— No se preocupen Rei, Norma. Ella no será impedimento para su escape. — pensó, saliendo del cuarto, con una sonrisa, mientras guardaba el "reloj". — Norman, Ray, no pienso fallarles. Lo que aprendí y viví con ustedes, no será en vano.

Pour Mes Enfants  [The Promised Neverland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora