Pour Mes Enfants [The Promised Neverland]

Capítulo 6

- Ahhhh, de verdad quiero dormir. - se quejó Norma, secándose el cabello, soltando un bostezo. Aquel juego había sido demasiado para ella, intenso, y eso que estaba acostumbrada a jugar "las traes" con los demás y con su mamá.

- Dímelo a mí. - suspiró Rei, con la toalla en el cuello. - Sin duda la hermana Dalila es alguien fuerte.

- ¿Y eso es impedimento?

- Absolutamente no.

Emilia se acercó a ellos, jalando suavemente sus ropas, llamando su atención. Rei y Norma la miraron, expectantes.

- ¿Qué pasa, Emi? - preguntó Norma, curiosa. Sino mal recordaba, ella les había querido preguntar algo cuando estaban jugando. Rei sólo la miró en silencio.

Ninguno se esperó el golpe en su cabeza, el cual los hizo inclinarse casi al suelo. Mientras ellos se sobaban la zona afectada, Emilia los miraba molesta, casi indignada.

- ¡Eso debería preguntárselos yo! - unas lágrimas se acumularon en sus ojos, a la vez que hacía un puchero. - Ustedes se han estado comportando raro, más que antes... ¿Acaso... no confían en mí?

- Emi...

- Desde siempre hemos estado los tres juntos, y no quisiera que nuestra amistad se viese afectada por un secreto. - puso una mano en su pecho, con semblante determinado. - Sea lo que sea que esté pasando, por favor, confíen en mí.

Norma miró a Rei, y viceversa. ¿Tan descuidados habían sido? De hecho, no les habían contado a todos o a nadie, por estar haciendo y detallando el plan.

¿Deberían tomar esto como una oportunidad?

Rei miró a su alrededor. Y escuchó atentamente, los pasillos no eran lugares seguros; miró a su hermana, a lo que ella asintió.

- Ven, Emi, vamos a la biblioteca.

...

- Entonces... ¿Esto es una granja y nosotros somos ganado? ¿... Somos comida?

- Es un hecho lamentable, pero es verdad... Norma y yo nos enteramos desde que teníamos 4 años.

- Perdónanos por no haberlo dicho antes, Emi... Es comprensible si nos odias.

La aludida negó con la cabeza y se acercó a ambos, abrazándolos. Rei y Norma estaban sorprendidos.

- Los entiendo, después de todo, ustedes sufrían en silencio y cargaban con ese dolor... Perdónenme a mí por no haberlos apoyado.

Rei y Norma la abrazaron, llorando los tres en silencio. Cuando se separaron, secando sus lágrimas, Norma habló.

- Gracias, Emi. Aunque también hay algo que necesitas saber.

- ¿Qué cosa?

- Mamá es nuestra cómplice.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Estamos armando un plan con ella para escapar. Nos está ayudando.

- ¿De verdad! - ellos asintieron. Emilia estaba aliviada y feliz. - ¡Entonces...!

- Sí, planeamos decírselos a los demás... Pero tenemos algunos inconvenientes. - comentó Norma, un poco nerviosa por el entusiasmo de su amiga. Debían estar alertas en todo momento por Dalila.

- ¿Eh? ¿Cuáles?

- No todos podrían creernos. Tal vez nos odiarían a nosotros y Mamá, además de que está la hermana Dalila. - enumeró el de ojos esmeralda, serio. - Podrá Mamá estar ayudándonos tanto con el plan como con la hermana Dalila, pero incluso así, ella sigue siendo un problema.