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—No es de tu incumbencia –el tono frío no pasó desapercibido por el chico bajito haciendo en él aparecer un sonrojo–

Lo siento por incomodar y meterme de más en tu vida privada Nico,pero... –el más alto lo interrumpió–

—¿Nico? Sam,¿Cuándo te di permiso para decirme así? A penas venimos hablando desde hoy. No confundas las cosas niño, porque no me gusta que me llames así cuando aún no hay confianza entre nosotros. –dijo comenzando a salir de la cocina–

Los lindos ojitos de Sam se cristalizaron y su labio inferior comenzó a temblar. Sus manitas se hicieron puños y su pequeño cuerpo comenzó a temblar.

Siguió a Nicolás y lo vio sentarse en uno de los sofás de la sala de estar.

—Solo quería intentar hacer que nos hagamos amigos. Intenté hablarte como lo haría un amigo. Lo siento por molestar. Ya me voy. –su voz sonó temblorosa y un poco rota,lo que llamó la atención del más alto, haciendo que lo volteara a ver. El rubio estaba poniéndose su abrigo de nuevo–

—Sam,lo siento si soy grosero. Pero todavía no te tengo la confianza como para que me digas Nico,siento que eso no es lo mío. Cuando.... –suspiro y bajo la cabeza,pero siguió hablando– El día que te diga Sammy... como dijiste que te podía decir, más no lo he hecho,por lo que te he dicho anteriormente,ese día puedes decirme Nico o como gustes. Mientras no. solto todas esas palabras rápidamente y se acercó al pequeño rubio que aún tenía sus ojitos cristalinos, su labio temblando,pero siendo prisionero de sus dientes al intentar calmar el temblor,al igual que sus manitas hechas puños. Las cuales el azabache tomó entre las suyas– Mira, sé qué quieres conocerme Sam,pero nunca he convivido con nadie. No sé cómo actuar. Desde que tengo memoria,nunca he tenido ni un amigo. Y desde los quince deje de hablar con el mundo. Así que si a veces soy muy tosco,o grosero,no espero que lo entiendas,pero sí que al menos me expliques que he hecho mal y aceptes luego mis disculpas. –mientras esas palabras eran dichas el azabache acariciaba las pequeñas manos entre las suyas,y miraba directo a los ojos del rubio quién soltó una pequeña lágrima y de forma inesperada se abrazó del más alto,quedando su cabeza a la altura de su pecho–

—Lo siento yo,no lo sabía. Trataré de entender las cosas desde ahora. Igual trataré de no presionarte tanto. Espero que me consideres un amigo. No espero que pronto,pero si que en algún momento lo hagas. –su voz sonaba distorsionada gracias al pecho del azabache,y en más bajito no sabía que pensar,pues a pesar de que decía esas palabras,su mente solamente pensaba en lo bien que se sentía estar abrazando al más alto,lo duro y firme que se sentía su pecho y lo seguro que se sentía estando ahí con él–

—No prometo nada, Sam. No sé cómo actuar. –dijo y su rostro era serio, más sin embargo,sus brazos se envolvieron alrededor del pequeño cuerpo aferrado al suyo,y su mentón quedó encima de la cabeza del más bajo– Pero te agradezco por intentarlo. Y por tratar de entender a este ser tan raro. solto lo último con burla–

Al día siguiente en la universidad,a penas llegó el fuerte y misterioso chico azabache,ya tenía a un pequeño rubio pegado a él mientras le hablaba y hablaba de lo que había pasado cuando llego a su casa y el como su madre se había enojado por no llegar a tiempo para la cena y no avisarle.

—Se enojo mucho. Dijo que estaba muy preocupada y yo muy feliz por quien sabe dónde. Luego se puso a llorar y me dijo que no lo volviera a hacer mientras me abrazaba. Creó que esa mujer esta loca o padece de bipolaridad –una risita fue lo que acompañó lo último y luego miro de nuevo su gran acompañante– ¿Te molesta que este hablando mucho? –pregunto mordiéndose el labio inferior con nerviosismo–

One Strange Boy For MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora