006

168 8 0
                                    

—Hey,Sam. ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? –un asustado azabache acariciaba la espalda del más bajito mientras esté sollozaba aferrado a su pecho–

No es nada,tranquilo —limpio bruscamente sus ojitos con sus puñitos

—Hey,no,Sam. Dime qué tienes, chiquitín —el rubio negó con los ojitos aguados, un puchero en los labios y la nariz roja— Bien,lo dejaré pasar esta vez,pero por favor,la próxima vez dime qué te pasa. —con sus pulgares limpio unas pequeñas lágrimas que se le escaparon al pequeño Sam y le sonrió—

—Gracias por entender. —lo abrazó fuertemente y beso con ternura su mejilla,para luego ocultar su cara en el cuello de su mayor—

Esa noche la pasaron abrazados. Durmieron juntos como muchas veces antes ya habían hecho,pero había algo diferente. Nicolás noto algo raro en su tierno acompañante y sintió una pequeña presión en el pecho.
El abrazaba a Sam como si su vida dependiera de eso,pero....pero Sam no lo hacía de la misma forma. No lo estaba abrazando como solía hacerlo,a penas y no tocaba. Normalmente era el pequeño Sam quién se aferraba de él. ¿Qué cambió? ¿Qué pasó?
Sinceramente no lo sabía,y quería una respuesta.

A la mañana siguiente todo fue "normal",y a la siguiente también,y la que siguió. Así estuvieron por una semana entera. Hasta que Sam llegó un día a casa del azabache.
Las cosas habían cambiado un poco. Y todos lo notaban.
Pero Sam nunca que su comportamiento podría herir de esa manera al azabache.
Esa tarde, cuando entró a la habitación del mayor,pudo observarlo teniendo un ataque. Lloraba,tiraba cosas y golpeaba paredes.
Nunca en su vida,Sam había visto algo así,y le asustó. Pero le asustó más que el mayor se fuera a lastimar, así que gritó fuerte y claro.

—¡¡NICOLÁS!! ¡¿QUÉ RAYOS ESTAS HACIENDO?! —el nombrado lo volteó a ver,sus ojos más oscuros de lo normal es inyectados en sangre,las mejillas rojas y el ceño fruncido—

—Sam,vete. —ordeno suavemente,casi en un susurro,pero tan claramente y con la voz ronca,cargada de furia—

—No,no me iré. —el más bajito trago saliva difícilmente y prosiguió— No me iré, Nicolás. Estoy aquí,y te veo mal. Dime, ¿qué sucedió?

—¡SAM,MALDITA SEA! ¡TE DIJE QUE TE VAYAS! —gritó haciendo dar un saltito al rubio,pero este negó,al borde del llanto— ¡DIJE QUE TE VAYAS! ¡EVITAME COMO LO HAS ESTADO HACIENDO! ¡TU CREES QUE SOY TONTO,SAM! ¡NO LO SOY! ¡NO PORQUE NUNCA HABLE CON NADIE, SIGNIFICA QUE NO ENTIENDA CUANDO ALGUIEN NO QUIERE ESTAR CONTIGO!

—¡¿PERO DE DEMONIOS ESTÁS HABLANDO, NICOLÁS?! —le grito de vuelta,con el ceño fruncido y enojado— Por supuesto que no te he estado evitando. No tengo idea de que diablos estás hablando —se cruzo de brazos—

—Oh,querido Sam,te diré de que hablo. —se acercó a paso amenazante al contrario, haciéndolo temblar de miedo— De que ya no me abrazas como antes. No eres el mismo de siempre,Sam. Y no sé que demonios hice mal. Si hice algo mal,sabes que tienes que decirme. Que muchas veces no me doy cuenta. Pero no,no me dijiste nada y solo preferiste alejarte. No me abrazas como siempre,no te me acercas como antes,no me hablas con el mismo entusiasmo de siempre. Y por si fuera poco,ya van varias veces que no quieres estar conmigo,inventas que tienes cosas que hacer. Sam....no soy tonto. Tú hermana me ha dicho que te ocultas en tu habitación y no haces nada. Hasta tu madre me lo ha dicho.—se miraron con los ojos cristalinos. El mayor lo tomó con cuidado de los hombros y se inclinó para quedar a su altura— Dime que sucede,Sam.

—Yo....yo... No puedo, Nicolás... —mordió su labios y las lágrimas de a poco recorrieron sus abultadas mejillas,su nariz y ojos tornándose carmín— No puedo,lo siento. No te voy a alejar de mi de esa manera al decirte. No puedo. —su pequeña y regordeta manita subió hasta llegar a la mejilla de Nicolás,donde acarició,viendo como el contrario cerraba los ojos y se apegaba más a su mano, disfrutando del tacto—

Te extraño tanto,Sam. —fue un casi inaudible susurró,pero pudo escucharlo. Sin poder evitarlo se lanzó a sus brazos fuertes y masculinos de su mejor amigo y amor imposible—

Iré a casa, Nicolás. Solo... mamá me había pedido que te trajera comida. ¿Estarás bien? —habló una vez los dos se calmaron y dejaron de llorar. Nicolás asintió— ¿Seguro?

—Muy seguro. Regresa a casa ahora y con cuidado. —besó su frente y le dio un último abrazo—

Cada quien hizo sus cosas. Nicolás se fue a dormir. No podía poder seguir abrumandose así con sus pensamientos, así que prefirió dormir. Donde no pensaba claramente y no tenía noción de lo que ocurría. Sin preocupaciones.

Mientras el pequeño Sam llegaba a su casa. Saludo a su familia y fue a su habitación. Cerró la puerta de un portazo y se deslizó sobre la misma. Lágrimas de nuevo volvieron a correr por sus mejillas. Llorando desconsoladamente abrazo sus piernas y lloró más fuerte.
Preocupado porque su familia pudieran escuchar sus sollozos,se levantó aún hipando para poder prender su reproductor de música,para después dirigirse a su cómoda cama, desprenderse de la mayoría de sus prendas y seguir llorando.
Para su muy mala desgracia entre sus pequeños pero potentes altavoces, se reprodujo *The Bitch de The Neighbourhood*, por lo que su llanto se incrementó. Pues cuánta razón tenía aquella.
Sus pensamientos lo preocuparon. Y tal y como la canción, pensó:

[Ay Nicolás.... Sí te dijera que te amo dime,¿Qué dirías? Si te digo que te odio a veces,¿Te irías? Porque no puedo perderte ahora.... Te necesito tanto,ahora dependo tanto de ti. Te he estado llamando amigo,pero si reveló mis sentimientos,tal vez tendría que renunciar a llamarte de esa forma]

Eran las clase de cosas que le preocupaba. Perder a Nicolás era la más grande y también su rechazó. No soportaría alejarse de Nicolás una vez que ya lo ha tenido en su vida. Se había vuelto tan necesario para él. No, simplemente se negaba a dejarlo. No lo haría. Se tendría que tragar y callar sus sentimientos.

Por otro lado,un Nicolás daba vueltas en la cama. No podía dormir pensando en Sam. ¿Había hecho realmente algo malo?
Sin poder conciliar el sueño,sus pensamientos lo llevaron a las verdades.

[Lo necesito. He estado dependiendo de ti, Sam. Pero te has alejado y estoy cayendo otra vez. Necesito que estés ahí para mi]

Y la verdad es que ellos se necesitaban tanto.....que morirían el uno por el otro.
















One Strange Boy For MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora