Capítulo 13

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—¿Y? ¿Estas feliz? —me pregunto Esteban.

—¿Feliz? Estoy mas que feliz —bese la frente de Amanda y después la mejilla de Esteban.

—¿Dejaras la escuela?

—Si —dije firme y algo triste— y tengo buenas razones para hacerlo: 1. Tengo que cuidar a Amanda, 2. El Doctor Carlos me a impedido ir después de lo que paso y 3. Tengo que estar lo que me queda de vida con el amor de mi vida y mi angel. —dije enumerando las razones con mis dedos.

—¿Que vas a querer de cumpleaños? —pregunto Esteban sin quitar la mirada del camino.

—Nada, me has dado todo lo que siempre quise. Una vida a tu lado y nuestra hija, puede ser que no sea nuestra biológicamente pero somos sus padres y con eso me basta. Sin regalos.

—Esta bien, —suspiro derrotado mientras apagaba el auto— llegamos.

Asenti sonriente y baje del auto con Amanda en mis brazos. Baje con demasiado cuidado porque a) Amanda estaba dormida y b) Mi cuerpo no es tan fuerte como lo era antes.

—¿Te ayudo? —pregunto Esteban mientras extendía sus brazos hacia Amanda para cargarla.

Asenti y le entregue a mi pequeña.

Baje, cerré la puerta del auto y abrase el brazo de mi esposo para entrar al edificio donde el vive... Corrección, donde nosotros ahora vivimos.

Tuvimos que tomar el ascensor por mi pequeño problema (enorme problema) con mis piernas.

Al llegar al departamento, abrí la puerta y entramos.

El apartamento se veía totalmente diferente de cuando yo había venido.

Nuevos muebles, nuevas pinturas en las paredes y demasiados juguetes para bebe.

¿Tuve un Baby Shawer y nadie me lo dijo?

Era increíble, parecía juguetería, Amanda vio todo y empezó a sonreír, y aplaudir. Ella ya tenia unos meses mas de los que yo pensaba que tenia. Porque Esteban la dejo con cuidado en el suelo y ella comenzó a gatear hacia los juguetes.

—Su madre tiene 15 años y no podía cuidarla mientras estudiaba. Es hija de una amiga de mi mamá y ella se ofreció a dárnosla, mientras ella la vea y este feliz aquí. —dijo Esteban mientras yo veía jugar a Mandy.

—Su madre ha de ser hermosa —dije sin despegar los ojos de mi pequeña.

—No tan hermosa como tú —dijo Esteban sensualmente.

—Olvidalo —le dije atónita de solo saber que era lo que estaba pensando— si quieres que muera en nuestra noche de bodas estas totalmente loco.

—Ja ja, claro que no quiero que mueras mi reina, ya tuve suficientes noches para recordar contigo.

—Lose —lo bese, lo bese como nunca, hasta que un bostezo salio de los labios de Amanda.— Creo que ya quiere dormir. —dije entre risas.

—Llevemosla a su cuarto.

—Vamos Mandy, es hora de dormir.

Tome a Mandy en mis brazos y la recoste en mi hombro.

Caminamos hasta su habitación y la acostamos en su cuna.

Dejamos la puerta abierta por si lloraba y salimos de ahí.

Tenía demasiada hambre, así que camine rápido a la cocina y abrí la nevera para ver que tenía.

4 helados de chocolate y 4 de galleta.

Nothing Is ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora