Capitulo 19

242 13 18
                                    

Tres meses después...

—Vamos Amanda, casi lo logras —digo con toda la emoción del mundo.

Ella camina, lento, por fin ha podido lograrlo. 

—Ven cariño, casi lo logras —dice Angie emocionada.

Amanda da el último paso y es tomada por los brazos de Angie.

Se preguntaran que paso hace unos meses, se los contare.

Amanda ¿qué quieres de comer hoy? —le pregunte sonriente.

Haba tada baued mami —dijo sonriente.

¿Papi querrá pizza? —le sonreí.

¡Papi papi! —se rió. Y luego, yo me uní a su risa.

Cuando sonó el timbre, deje a Amanda en su caminadora y abrí la puerta.

Angie estaba parada, ahí sonriente como siempre.

Que alguien me pellizque —digo con las lágrimas amenazando en salir.

¿Te pellizco? —pregunta asombrada.

Abrázame —las lágrimas atacaron.

Y bueno, fue uno de los mejores momentos de mi vida. Ahora ella está con nosotros, estamos completos.

—Muy bien mi amor —Esteban toma en sus brazos a Amanda y le planta un gran beso en la mejilla.

—Te ves tan lindo de papa —dice graciosa Cleo.

Todos reímos hasta que Esteban se interrumpe.

—Necesito que uno de ustedes cuide esta noche a Amanda.

—¡YO! —gritan todos al unísono.

Y entonces todos comienzan a pelear.

Esperen, paren el mundo un momento, ¿para qué quiere que alguien cuide a Amanda?

—Espere todo el mundo —digo algo confundida. Todos se callan y me prestan atención— ¿para qué quieres que cuiden a Amanda?

—Es una sorpresa, así que ve a ponerte guapa que nos vamos en 15 minutos —me besa rápidamente.

En 10 minutos estoy lista, llevo un vestido sencillo y el cabello levantado en un chongo elegante.

Maquillaje sencillo, ya que ni tengo idea de que tiene en mente. Ya me pidió ser su novia, también su esposa, ya nos casamos y ¿ahora? 

Ojala sea algo realmente bueno.

Al bajar, Esteban ni siquiera dejo que me despidiera, me tomo del brazo, me jalo y me cargo como a una princesa. Yo reí y el igual, lo bese, le bese su frente, sus mejillas, su mandíbula y para finalizar sus labios. 

—¿Piensas decirme que planeas? —dije riendo.

—No —me sonrió y me beso de nuevo.

Como si fuéramos otra vez los de antes, corrimos al auto y nos metimos por la ventana. El bajo el capote y nuestro cabello lo dirigía el viento.

Pusimos la radio, recordando aquellos tiempos, donde él y yo podíamos ser dos novios que se daban afecto y en las noches algo de placer. Cuando yo no tenía que estar cuidando cada paso que daba, cuando solo estudiaba, cuando era libre y feliz.

Pero esa felicidad se acabó, cuando empecé a sentir como mis pulmones dejaban de funcionar y cuando mi corazón estaba a punto de parar. No quería arruinar el momento, quería despedirme de él como siempre lo quise. Le sonreí débilmente, me acerque a su mejilla y la bese tiernamente, sería el último tacto entre nosotros... Mi corazón no solo empezaba a dejar de latir, también se rompía a pedazos, mi Esteban, oh mi dulce Esteban, es hora de que me valla.

Nothing Is ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora