Capitulo 6

469 13 4
                                    

Era lunes nuevamente, estos días me la he pasado demasiado débil. La gente me tiene que estar ayudando a caminar cuando no siento bien las piernas, me tienen que ayudar a subir las escaleras y siempre tengo que depender de alguien.

Me molesta eso.

Esteban se ha vuelto mucho más sobreprotector, siempre me pregunta que si estoy bien o que si me duele algo. Es lindo pero me molesta que me crean tan débil y tímida. He vivido años con este cáncer, siendo fuerte y ahora todos me creen una florecita que morirá si no le dan suficiente agua.

Odiaba sentirme así.

'¿Por qué no me muero de una maldita vez?' Grite a mis adentros.

Ya no tenía que ir al médico en las mañanas, porque ya no me daban el Dabroun, pero la escuela se enteró de todo y me dieron el permiso de llegar como siempre hasta que...

Hasta que muera.

Si, así de desgraciados son en mi amada preparatoria.

Esteban de ahora en adelante es quien me lleva a todos lados, ya no puedo manejar ya no puedo hacer... nada.

Me levante algo tarde, como a las 8:30, me dolían mis huesos, no me dolían así desde los 13, es horrible sentir estos dolores de nuevo.

Me despertó mi dulce novio. Sentí que alguien movía y me decía que despertara.

—Amor, llegaras tarde —cuando vio que abrí los ojos depósito un dulce beso en mi frente.

—Tengo que bañarme —cuando me quise levantar ahogué un grito  y una mueca de dolor se pudo ver en mi rostro.

—¿Pasa algo mi vida? —me pregunto preocupado.

—Me duelen los huesos, no creo que me pueda bañar.

—O si —me sonrió pícaramente.

Se dirigió a la ducha y empezó a llenar la tina de baño.

—Esteban, no puedo moverme y más si me tengo que bañar.

—Yo te ayudare —me cargo en sus brazo y me llevo al baño. Me sentó en lavabo, comenzó a besarme, aunque lo hacía con delicadeza dolía un poco, me quito mi camisón y quede en bragas. Cuando me abrazo por la cintura me dolió tanto que gemí de dolor.

—¿Gisel? —me pregunto preocupado— ¿Te lastime te duele algo?

No podía contestar, comencé a llorar, esto no era posible, ¿por qué? ¿Por qué a mí?

—Nena, mi amor, no llores princesa —quito con delicadeza mis lágrimas y me abrazo. Volví a gemir de dolor.

—¡Es que esto no es posible! —le grite mientras lloraba— ¡Ya no me puedes tocar! ¡Ya no me puedes besar ni abrazar! ¡Esto es una total mierda! —lloraba como nunca, odiaba llorar por el cáncer pero me estaba quitando lo que me hacía feliz y eso me mataba.

Nothing Is ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora