Lies

Malas decisiones

-¿Quieres casarte conmigo?

La pregunta de Joan me dejó en shock. Mi corazón latía a mil por hora, y mi cabeza estaba a punto de estallar. Sentía que me faltaba la respiración y que en cualquier momento me iba a desmayar.

Lo primero que hice fue girarme hacia donde se encontraba Natalia, y vi como esta me observaba preocupada.
Busqué a mi padre con la mirada y este me hizo una seña con la cabeza para que aceptara la proposición.

Mi cabeza era un mar de dudas, no quería casarme con Joan, no ahora. No estaba preparada, ni sabía si realmente quería estar con él. La imagen de Natalia aparecía en mis pensamientos constantemente, sus labios, sus caricias y de todo lo vivido juntas.
Por otro lado lo sensato era aceptar, por el bien de la revista y por el bien de mi familia, pues a esta ceremonia habían venido todos los empresarios importantes del país, y decir que no supondría armar un espectáculo del que la revista saldría perjudicada.

-Si. - alcancé a decir con un hilo de voz quebrado por mis ganas de llorar.

Joan me puso el anillo y se levantó para abrazarme.
Dirigí mi vista al público y observé como la morena abandonaba la sala sin mirar atrás. Aquello terminó por romperme del todo, mis lágrimas comenzaron a caer sin control mientras todo el mundo aplaudía y sonreía por la imagen tan "tierna" que estaban viendo.
Joan apartó mis lágrimas de la cara.
-Mi amor.... No llores... Yo también estoy super emocionado. - Dijo repartiendo pequeños besos por mi cara.
Yo no podía hablar, no sabía que decir ni como actuar, me encontraba acorralada y lo único que quería era correr detrás de Natalia para abrazarla.

POV NATALIA

Rabia, furia, coraje, ira... Así me sentía. La pregunta de Joan me dejó totalmente descolocada y la respuesta de Alba aún más. ¿Porqué me sentía así? Alba y yo no eramos nada, nos atraíamos, lo pasábamos bien juntas pero no había nada más allá.
Sabía que tenía pareja, sabía que su vida estaba prácticamente escrita por su familia, y sabía que este juego acabaría explotándome en la cara.

Llegué a casa y me dirigí hacia la habitación con cuidado para evitar llamar la atención de María.

-¿Tú no tenías un evento de pijos? ¿Qué pronto llegas no?

Mierda. Me ha pillado.

-No me encuentro bien, creo que me voy a dormir. - Dije intentando aparentar normalidad mientras me metía en la habitación.

-Nat, ¿Qué ocurre? - Preguntó la rubia preocupada, desde el marco de la puerta.
-Nada Mari, es solo que me duele la cabeza.
-Nat... A mi no me engañan. ¿Qué ha pasado?

No lo soporté, no aguanté más. Necesitaba desahogarme, y no podía seguir con aquella presión que me provocaba mentir a mi mejor amiga. Corrí hacia ella abrazandola mientras rompía a llorar.

-Soy inútil Mari.... La he cagado... No te hice caso y.... Tenías razón... Joder....estoy muy jodida. - Las palabras salían sin sentido por mi boca entre sollozo y sollozo.
-Tranquilízate y me cuentas amor.

El abrazo de María consiguió calmarme un poco, así que una vez terminé de llorar, le conté a la rubia todo lo ocurrido con Alba desde aquella conversación en el bar.
Estaba preparándome mentalmente para la bronca y el enfado de mi amiga, por no haberle hecho caso y por no habérselo contado.

-¿Pero que esperabas Nat? Alba tiene el futuro escrito... Ya lo sabes...
-Ella no es feliz, no quiere esa vida...-Dije mirando al suelo.
-Si no la quisiera habría dicho que no... Siento ser tan sincera Nat, es que no quiero que sufras más. No te mereces esto.