ㅡ Hoseok, iré a la máquina expendedora. ¿Quieres ir?.
El pelirojo negó desde su asiento. ㅡ Tengo que esperar los resultados de la biopsia de la señora Shin, esperemos que sea benigno.
Yoongi asintió, aquella adorable señora no merecía más dolor. Después de tantos años siendo clienta frecuente del hospital debido a múltiples recaídas de presión, lo que menos necesitaba era una enfermedad cancerígena.
ㅡ Vale, iré a desayunar. Avísame cualquier cosa.Hoseok asintió y se despidió con una adorable sonrisa.
El pálido salió del pequeño laboratorio, y emprendió camino a la cafetería del hospital.
Si se lo preguntan, Yoongi es muy feliz haciendo su labor, ser químico clínico.Y se preguntarán, ¿que chispas es un químico clínico? Bueno, son aquellas personas que están encargadas de realizar las pruebas de sangre, pipí, popo, diversos tipos de tejidos, etc. Y creanlo o no, el rubio es muy feliz.
Quizá no obtiene la paga del millón, o su trabajo no es de gran importancia como el de un médico o hasta un personal de paramédicos, pero el está plenamente satisfecho con su carrera y empleo. ¡La química es maravillosa!.
Y esa es una de las razones por las cuales, a sus 24 años de edad sigue virgen y soltero. Ñoño hasta los huesos.
ㅡ ¡Hey, Min!
El nombrado detuvo sus pasos y giró sobre sus talones. Oh, allí venía el.
Jeon Jungkook era su nombre, un atractivo obstetra de 32 años, viril, y bueno... Yoongi no podía pedir más.
ㅡ Hola médico Jeon.
ㅡ Yoongi, ya te he dicho miles de veces que me digas Jungkook.
ㅡ Eso no sería profesional, médico Jeon. ㅡ Lo que no es profesional, son los pensamientos que tiene constantemente Yoongi sobre el y el atractivo obstetra, que involucra una superficie plana y lubricante.
ㅡ Bueno, en fin. Profesional o no, ¿a dónde te diriges?
ㅡ Iba de camino a la cafetería.
ㅡ Oh, que casualidad, yo también iba para allí. ㅡ Casualidad mis huevos. ㅡ ¿Gustas que te acompañe?
ㅡ Umm, claro.
El obstetra asintió feliz, y camino junto al más bajito. Dios, Yoongi era el sueño húmedo personificado. Piernas delgadas y delicadas, pequeña cintura junto a unas estrechas caderas, y aquellos dos tiernos y respingones glúteos. Ah, como sería poder undir su rostro en ell...
ㅡ Hemos llegado.
Jeongguk salió de su pequeña ilusión, y miro al pálido. Aquellas tiernas pecas que adornaban su lechosa piel era de lo más tierno que había visto.
ㅡ Iré a comprar una soda. Ahora vuelvo.
Yoongi caminó hacia la vieja máquina expendedora, dejando atrás al distraído obstetra.
ㅡ Maldición, maldita máquina buena para nada.
El rubio miró a un alto y fortachón médico, quién aparentemente tenía una pequeña disputa con el aparato. Con pasos lentos, y ligeros; observó que efectivamente aún había de su preciado refresco de piña.
ㅡ Ñaam.
Con un par de monedas en mano, las colocó dentro de la máquina y presionó un par de números. Segundos pasaron y su preciada soda cayó.
ㅡ Pero que-
Yoongi giró sobre sus talones y contempló al semental frente suya. Se ahogó con el refresco.
Mandíbula perfilada, cejas pobladas, grueso cabello ébano, y aquella mirada moja bragas que Yoongi definitivamente quería sentir sobre él siempre.
Park Jimin, eso decía en la pequeña placa que colgaba de una parte de su bata.
Con mejillas sonrojadas, ojos brillosos y un poco de soda resbalando por la comisura de sus labios; Yoongi abandonó el lugar a prisa.
Sin percatarse de aquellos ojos marrones que le observaban con indignación. ¿Cómo es que aquel delicioso chico había podido comprar un refresco de piña de la puta máquina expendedora?.
Oh, y Jeon se quedó plantado.
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maldita máquina expendedora. | jimsu
Fanfictiony en medio de camas de hospital, cirugías por realizar y sencillas consultas médicas; se encontraba un atractivo médico cirujano, observando aquella maldita máquina expendedora que no le permitía comprar una simple agua embotellada. ah, pero luego l...