Había una cosa, y sólo una cosa que Yoongi odiaba con todo su ser.
Las estúpidas películas de terror.
Pero al parecer a Jimin no parecía importarle eso. Pese a los constantes reclamos de Yoongi, este se negó a cambiar la película. Yoongi podría bien simplemente no verla, pero sinceramente no quería parecer un gallina frente a su bobo novio.
Su tierno y esponjosito novio colocó el bowl repleto de palomitas en la pequeña mesa café de la sala. Con velocidad colocó la asquerosa apestosa película de terror.
La maldición estaba siendo reproducida en su televisor.
Maldito Jimin y sus pucheros irresistibles que le orillaron a aceptar su tonta oferta de noche de películas de terror.
No es que a Yoongi tuviera miedo, simplemente le desagradaban las películas de terror. Todos aquellos gritos exageradamente exagerados, la sangre por doquier. No, simplemente no era lo suyo.
Pero su bobo novio parecía adorarlo. Sus divinos ojos castaños se iluminaban con forme la película avanzaba. En cambio Yoongi se hundía en fastidio, pero ver a Jimin con aquel brillo en sus ojos valía la pena.
ㅡ No te preocupes Yoonie, yo te protegeré.
Solo había durado dos minutos aquella hueca promesa. Conforme la película continuaba, la "atención" que se suponía recibiría Yoongi había muerto. Tan sólo se encontraba con su mirada perdida en la alfombra, tratando de contar los relieves de la mesa e ignorando olímpicamente la espantosa película.
Con aburrimiento, y un atisbo de molestia; se levantó con brusquedad del sillón llamando automáticamente la atención del morocho.
ㅡ ¿Qué ocurre?
ㅡ Iré a preparar chocolate caliente. Al parecer la calefacción no está funcionando del todo bien.
Vale, Yoongi le había lanzado una indirecta, bastante directa, para que Jimin pudiera despegarse por un momento del sillón y prestarle atención.
ㅡ Ah.
Puta madre.
El blanquecino frunció su ceño con molestia y emprendió caminó hacia la cocina. Ese morocho cabeza hueca le había ignorado por completo; pero ah, si la situación fuera al revés, Yoongi estaría siendo reprimido pro haber ignorado a Park Bobo Jimin.
Con molestia, observó a su pareja acurrucada en el sillón con una pequeña manta que le cubría por completo. Aparentemente la película se encontraba en una escena de tensión, ya que podía percibir a su morocho totalmente quieto del miedo.
Interesante.
ㅡ Ese tonto cree que se saldrá con la suya, pues no lo hará.
El blanquecino sonrió malicioso y emprendió a cabo su malévolo plan contra su pareja.
Con cautela, apagó la luz de la cocina y se agachó detrás de la barra de la cocina, la cual mostraba la sala; gracias al concepto abierto que tenía esta.
Incontrolables ganas de reír entorpecían el andar de Yoongi, con lentitud el blanquecino abrió uno de los gabinetes de su cocina y con lágrimas desbordando de sus gatunos ojos; azotó la puerta de éste.
Jimin dió un salto en su lugar e inmediatamente puso pausa a la película. Con el corazón latiendo a mil, giró sobre su eje en busca de su novio.
ㅡ ¿Yoongi?
El mencionado cubrió su boca con fuerza, su estómago dolía gracias a la risa contenida. El morocho se levantó con lentitud y con pasos temerosos se dirigió a la oscura cocina. Yoongi, con extrema lentitud y lo más sigiloso que le fue posible; gateó una vez más pero esta vez con destino a la sala, en específico a la televisión. Una vez allí, volvió la vista a su miedoso novio, quien se encontraba llamándole y buscándole en la misteriosa oscuridad. ¿Por qué demonios no enciende el interruptor de la luz? Pensó.
Girando los ojos, Yoongi se concentró una vez más en su tarea. Con rapidez, el blanquecino desenchufó el televisor. Jimin giró sobre su eje con horror.
Primero Yoongi, después ese ruido extraño y ahora el jodido televisor; pensó Jimin.
ㅡ Joder, mi corazón está latiendo como desquiciado.
Una vez más, Jimin se dirigió a la sala sin darse cuenta que su travieso novio se encontraba justo frente a él. Con sus suaves y temblorosas manos, Jimin tomó el control remoto, y en un intento torpe gracias al miedo; intentó encender una y otra vez el televisor.
Sudor frío recorría su musculoso cuerpo, las piernas le temblaban y su visión se volvía borrosa. Él tan sólo quería un tiempo a solas con su amado, no esperaba que aquella velada se convirtiera en una jodida pesadilla.
Yoongi, Al notar que su novio estaba teniendo un inicio de ataque de pánico se alarmo, okay, quizá se le había ido un poco la mano; con su delgado labio inferior entre sus dientes y sus palmas cubiertas de una fina capa de sudor producto de su nerviosismo, el blanquecino se puso lentamente de pie tratando y pidiéndole a todos los dioses existentes el no espantar a su novio, más de lo que ya estaba.
ㅡ Jimin, bebé. ㅡ Yoongi dirigió su delgada mano, ciegamente al cuerpo de su novio, tratando de calmarle. O eso creyó él.
Jimin sintió como algo se aferraba a su pecho y gritó con horror; sin reparar en lo que se encontraba a su alrededor, corrió como alma que lleva el diablo fuera de casa.
El ruido de sillas, plantas y diversos adornos; caían con torpeza al suelo, mientras que un muy asustado Jimin corría por su vida.
Yoongi, aún parado en su sitio, gritó el nombre de su pareja; quien al escucharle se detuvo en seco y giró sobre su eje. Con sus rodillas temblorosas, se dejó caer al suelo y lloró. Yoongi, alarmado; corrió hacia su pareja, encendiendo el foco de la sala de paso.
Lagrimas de cocodrilo cubrían las tersas mejillas de Jimin. Con un nudo en la garganta, Yoongi abrazó a su novio. La culpa le carcomía con fuerza, lo que había comenzado como una broma había terminado en una situación algo extremista.
ㅡ Bebé, tranquilo. No pasa nada, todo fue una broma. Respira cielo, respira con lentitud.
Jimin limpió las lágrimas de su rostro con torpeza y algo de fuerza, dejando unas manchas rojas en su bonito rostro.
ㅡ ¿Me lo juras?
Yoongi sonrió con ternura. ㅡ Te lo juro.
Jimin puchereo y se dejó abrazar por su malévolo novio. ㅡ Jiminnie se siente muy triste, ojalá Yoonie pudiera hacer algo para hacerlo sentir mejor.
El mencionado levantó su vista a los brillosos ojos almendrados de su novio, y asintió con lentitud.
ㅡ ¿Lo que yo quiera?
Yoongi asintió una vez más y abrazó a Jimin, quien se escondió en el pecho del blanquecino.
ㅡ No sabes lo que te espera, Min Yoongi.
Pensó Jimin mientras sonreía con malicia. Después de todo, ¿quién bromeó a quién?
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maldita máquina expendedora. | jimsu
Fanfictiony en medio de camas de hospital, cirugías por realizar y sencillas consultas médicas; se encontraba un atractivo médico cirujano, observando aquella maldita máquina expendedora que no le permitía comprar una simple agua embotellada. ah, pero luego l...