y en medio de camas de hospital, cirugías por realizar y sencillas consultas médicas; se encontraba un atractivo médico cirujano, observando aquella maldita máquina expendedora que no le permitía comprar una simple agua embotellada.
ah, pero luego l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yoongi tomó su pequeño tupper rosa pastel junto con aquella tierna cucharita. Abrió su pequeña boca y tragó aquella deliciosa porción de yogurt con fresa.
ㅡ Mmm, mmmh... ㅡ
Saboreo aquella exquisita combinación de su fruta favorita y el cremoso sabor del yogurt natural. Cremoso, cremoso. Eso le recordaba a...
ㅡ Jeon. ㅡ
Con sorprendente rapidez, guardo su pequeño lonche en una tierna bolsita color vino. Tomó un par de papeles, por aquí y por allá y finalmente salió de su pequeña sala de descanso.
Con pasos apresurados, cruzó los limpios y extensos pasillos del hospital hasta llegar con el consultorio del adorable obstetra. Con sus suaves manos hechas puños, llamó un par de veces a la puerta.
ㅡ Toc, toc. ㅡ
Nadie respondió.
Tocó un par de veces más, pero al parecer Jungkook no se encontraba en su consultorio.
Será para otra ocasión. Con desilusión, Yoongi volvió por el camino antes recorrido.
De seguro está en la cafetería. Como siempre. Un poco más motivado, el rubio casi corrió a la cafetería. Con sus grandes ojos verdes, buscó al atractivo obstetra.
En el comedor, se encontraban los mismos rostros de siempre. Pero no había señales de su apuesto amor platónico.
Con la motivación de antes, ahora totalmente muerta; camino con pasos desganados a su amada máquina expendedora.
ㅡ Al menos tu no me dejarás. ㅡ
El tierno chico depositó un par de monedas y tecleo "A3". Con suma rapidez, y así; cayó una botella con deliciosa agua de jamaica.
ㅡ No puede ser. ㅡ
Esa voz.
Con lentitud, giró sobre su eje y encaró a aquella masculina voz.
Aquellos ojos marrón le miraban con curiosidad, y un gran brillo que no supo identificar.
ㅡ ¿Acaso tengo que hacer alguna especie de ritual o decir algunas palabras máquinas para que esa cosa me de una simple botella con agua? Dime, porque veo que a todo mundo le da algo y a mi ni los buenos días. ㅡ
Las máquinas expendedoras no hablan, idiota.
ㅡ Así que, ¿me podrías decir como comprar con ella?. ㅡ
ㅡ P-pues, y-yo sólo tecleo los botones y ya. ㅡ
Fantástico Yoongi, vamos, 300iq.
ㅡ Oh, pues eso es justo lo que yo he estado haciendo; y nada. Mira. ㅡ
El pelinegro caminó los pocos pasos que le separaban de la siniestra máquina, y pulso un par de botones.
Al parecer le gusta el agua de horchata. Qué asco.
ㅡ La de jamaica sabe mejor.
ㅡ ¿Disculpa?.
Yoongi miró el par de brillante orbes café y se golpeó, muy, muy, fuerte mentalmente. ¿Quién era el para cuestionar a tal semejante semental?. Digo, quién sabe. Podría hasta ser despedido por el neandertal ese.
ㅡ Di-digo que la de jamaica es más saludable. Ya sabes, es de una flor y no tiene tanta azúcar como la de horchata.
El cirujano observó al pequeño chico con curiosidad. Las comisuras de su boca se levantaron con lentitud, formando una sonrisa maliciosa.
ㅡ Hombre, tienes razón. Lo que pasa es que me gusta sentir el sabor y consistencia de la leche en mi boca.
Yoongi se atragantó con su propia saliva. ¿¡Acaso le estaba diciendo que era homosexual!?. ¿Le estaba haciendo una indirecta de tipo sexual?. Y lo peor, ¿¡Por qué caramba Yoongi se había puesto tan cachondo con aquella simple respuesta!?.
Con sus tiernos mofletes pintanos de un suave color rosa, giró con rapidez sobre sus talones y corrió hacia su preciado laboratorio.
ㅡ ¡Oye, oye!.
Los gritos del cirujano se escuchaban a la distancia. Yoongi simplemente se apresuró a llegar a la protección y calidez de su pequeño refugio anti hombres en busca de su culo.
Con su pequeño rostro perlado por el sudor, se prometió nunca nunca volver a tener algún encuentro con aquel raro cirujano.
Así si corazón estuviese latiendo como loco, y no precisamente por huir de el.
