Dancin.

Capítulo 11. INESPERADO

— No te atrevas — digo tomando pose de luchador.

— Es una entrevista, necesito llegar temprano — sujeta fuertemente su toalla y corre hacia el baño, corro tras el tratando de impedirlo pero logra entrar.

— ¡Mamá Irving no me dejó usar el baño primero! — digo haciendo berrinche.

— Aún tienes tiempo, no creo que llegues tarde. — dice aborrecida desde la cocina.

— Ok...Esto no se quedará así amiguito — le digo golpeando dramáticamente la puerta del baño.

Estaba a punto de irme a la preparatoria sin bañarme cuando después de 30 largos minutos Irving sale.

— ¿Terminaste de dar tu concierto, Beyoncé? — le digo quitándole del camino.

— Fue difícil despedirme del shampoo, el acondicionador y el jabón... Mis grandes fans — finge secar sus lágrimas.

— ¡Son las 6:45! — grita mi abuela.

Esta claro que llegare tarde, la hora de entrada es a las 7:00. Termino de prepararme y son las 7:15, salgo corriendo de casa para llegar rápido a la parada de bus. Estaba impaciente esperando cuando un auto negro se detiene justo frente a mi, sujeto fuertemente mi mochila y cuando veo que la ventana se baja empiezo a correr  pidiendo ayuda.

— ¡Espera! — grita un chico desesperado, dentro del carro que me sigue.

— ¡Me quieren secuestrar! — grito agitando mis brazos.

— ¡Cara de chocolate soy yo! — grita y me detengo, me volteo.

— ¿Andrew...? — digo confundida.

— Si, ese. Digo si, soy yo — me acerco a la ventana.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto.

— Lo mismo pregunto, ¿no deberías estar en la preparatoria? — dice alzando una ceja.

— Tu también tendrías que estar ahí — digo negando con la cabeza.

— Mierda, tienes razón — suspira — Sube.

— No quiero — le digo y empiezo a caminar nuevamente hacia la parada.

— Vamos — dice sacudiendo sus hombros y haciendo un puchero.

— No me gusta tu aegyo amigo — le digo disgustada.

— ¿Mi qué? — pregunta confundido.

— Nada.

— Vamos, ya es tarde — me dice y abre la puerta trasera, me quedo sorprendida al ver como una rampa para sillas baja del auto de manera automática y él está en su silla al otro lado.

—Espera... Yo he visto esto antes — digo tratando de recordar.

— Yo antes de ti — dice orgulloso.

— Si — digo emocionada — fue ahí.

— Soy tan guapo como William Traynor y tampoco puedo caminar así que pensé "¿por qué no?" — dice invitándome a subir.

— Ok...vamos — digo subiendo al auto.

En el camino le pregunté el porqué me llama "Cara de chocolate" me dijo que era una larga historia, bueno, no tan larga pero que esperará hasta que yo recuerde porque es probable que si el me dice lo que pasó llore "de nuevo" y mi llanto le fastidia. Idiota.

Llegamos y él baja por la rampa, me ofrezco a conducir su silla y él acepta, tocamos la puerta del salón y el profesor nos indica que entremos.