Capítulo 2. LA CASI TRAGEDIA.

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Es sábado y como cualquier persona en su sano juicio, me levanto tarde.

Son las 10:00 a.m y me tiro de mi cama cuando repentinamente siento un fuerte dolor en mi estómago, trato de aferrarme a la mesa que está al lado de mi cama pero siento mis piernas débiles y caigo al piso.

-Ay...-digo mientras miro confundida alrededor - ¿Dónde estoy?

Veo una luz y una sábana blanca, supuse que estaba en el hospital. Ah me desmayé. Me levanté de "la camilla" y me di cuenta de que en realidad seguía tirada en el piso de mi habitación.

Si...así es, nadie en mi familia se dio cuenta de que permanecí en el suelo inconsciente durante no sé cuántos años. Amo a mi familia.

Al levantarme sigo sintiendo el dolor y bajo las gradas.

- Mamá - le digo con mi mano en mi estómago.

-Al fin despertaste - dijo sosteniendo la canasta de ropa sucia.

- En realidad acabo de despertar de un coma, me desmayé.

- Rayos, fui a tu cuarto y te vi tirada, pensé que habías adoptado una nueva forma de dormir y me largué preguntadome que pecado había cometido para tener hijos así - dijo con cara de confusión.

- Mamá es en serio, me duele mucho el estómago - le digo mientras me sujeto de la mesa de desayuno.

- Ese dolor se llama feto - dijo Irving mi hermano mayor que venía saliendo del baño.

- Es un pedo atorado - dijo Joseph mi hermano menor mientras jugaba en su consola

- Te comiste un chicle y se te pegaron los intestinos - dijo mi abuela sentada desde la mesedora.

- Ó Diosito te odia por pecadora - dijo mi mamá dejando de lado la cesta.

Me aman, se preocupan demasiado por mí.

- Bueno ya basta, iré a mi cuarto y moriré lentamente - digo con un tono de molestia.

- Basta de bromas - dice mi mamá - Ven querida, ¿Es muy fuerte el dolor?

Me acerco a ella - Si mamá, incluso me desmayé, siento como si algo estuviese tratando de perforar mi estómago, incluso he tenido calambres desde que baje.

- Esto es malo...ve a cambiarte, iremos al hospital - me ordenó y subí a mi habitación para ponerme ropa decente.

- Iré con ustedes - dice Irving - no dejaré que estrellen a mi Luisa.

Nivel de soledad: Le pongo nombre de mujer a mi carro.

Después de 10 minutos de recorrido llegamos al hospital "La Esperanza" y entramos.
Mi mamá se separa de nosotros para ir hacia la oficina y programar mi visita al médico.
Vuelve y soy la número 13, por suerte no había tantas personas enfermas este día.

- Y bien... ¿Qué crees que será mi sobrino? ¿Niña o niño? - dice Irving golpeando mi hombro.

- Déjate de mamadas, no me siento bien - le digo con una mirada de desprecio.

- Tú eres la que debería de dejarse de mamadas, si sabes a lo que me refiero...- dice con una sonrisa maliciosa y mi mamá se suelta en carcajadas.

Los odio.

Apenas van por el número 5 así que me levanto de mi asiento para ir al jardín a tomar un poco de aire fresco.

Vaya, es demasiado hermoso. Cierro mis ojos y me imagino bailando entre las flores cuando de pronto la voz de alguien me vuelve a la realidad.

- Quisiera estar haciendo lo mismo - me dice un chico que está en silla de ruedas.

- ¿Me hablas a mí? - le pregunto confundida.

- No, aparte de invalido soy loco y hablo con las flores - dice con sarcasmo.

Le doy una mirada de desaprobación y le pregunto.

- ¿Hacer qué?

- Bailar. - me dice sin despegar la vista del jardín.

Mierda, estaba bailando mientras me imaginaba bailando entre las flores.

- ¿Y porque no lo haces? - le digo sin pensar y mierda porque soy así.

- Es que tengo gripe y se me puede salir un moco - dice fingiendo estornudar.

- Lo siento, no quise preguntar eso - le digo avergonzada.

- No te preocupes. - dice y se va.

Ni siquiera nos presentamos.

Después de esa rara conversación vuelvo al hospital y ya casi es mi turno, el dolor ha disminuido pero sigo sintiendo una ligera molestia.

- ¿Dónde estabas? Ya casi es tu turno - me regaña mi mamá.

- Fui al jardín, deberías de verlo es muy hermoso.

- Nada de jardín por el momento, ya es tu turno.

Entramos a la sala de consulta y en un escritorio se encuentra el doctor, un señor con barriga, la barba un tanto descuidada y su cara de pocos amigos.
Siempre me he preguntado ¿Por qué los doctores lucen tan mal si son los "expertos" en salud? Ironías de la vida.

- Buenas tardes, doctor - dice mi mamá y seguido le saludo yo también.

- Y bien Farah, ¿que es lo que sientes? - dice colocando sus codos en el escritorio mientras me observa.

Le doy una mirada a mamá para que le diga lo que siento pero eso solo funcionaba cuando estaba pequeña, odio crecer.

- Ahora que me levanté sentí un fuerte dolor en mi estómago, luego no sentía las piernas y me desmayé.

- Bueno, primero que nada, el dolor en el estómago y el desmayo son ocasionados por diferentes causas. ¿Qué es lo que sientes en el estómago?

- Siento náuseas y ganas de ir al baño pero no puedo hacer nada.

- Es un malestar común, es indigestión. - dice y mi mamá y yo nos miramos confundidas.

- ¿Y el desmayo? - le pregunta mi mamá.

- ¿Has estado en constante movimiento?

- Si, tuve una audición ayer - le digo.

- ¿Y dormiste mucho tiempo?

- Si, muchoo tiempo.

- ¿Te levantaste muy rápido?

- Si, me tiré de la cama en cuanto desperté.

- Entonces fue por eso - me dice soltando una risita - de igual forma dejaré que te hagan un examen de sangre para descartar cualquier enfermedad. Pasa a la oficina recogiendo tu cita para la próxima.

- Gracias - decimos en unísono con mamá y salimos de ahí.

Qué alivio.

Pero...¿Quien era ese chico?

Dancin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora