Capítulo 14. EL MUNDO ES TAN PEQUEÑO.

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Andrew.

- Hora de tu cita querido - mi mamá entra al cuarto sonriente para recordarme que tengo que ir al hospital.

- Ah - gruño y pongo una almohada en mi rostro - ¿Puedo simplemente dejar de ir?

- Cariño, me decepciona escuchar eso de ti - se sienta en la cama.

- Han pasado cinco meses desde que voy a terapia y no hay absolutamente - hago énfasis en la palabra - ningún avance - ruedo mis ojos.

- Cualquiera diría que cinco meses es mucho tiempo - se levanta de la cama y pone las manos en sus caderas.

- ¿No lo es? - pregunto alzando una ceja.

- No importa el tiempo que tome, tú volverás a caminar y a bailar como tanto te gusta ¿Ok? - acaricia mi mejilla - Nos iremos pronto, alistate - me ordena y sale de la habitación.

Ahora viene mi mayor reto...

- Tú - señalo la silla y entrecierro mis ojos.

Ha pasado un año desde el accidente y un mes después de salir del hospital empecé a usar la silla, a pesar de que ya ha sido un tiempo aún no logro dominar el arte de trasladarme a la silla sin dificultad alguna.

Luego de 10 minutos de intensa lucha logro sentarme, alrededor de 20 minutos salgo del cuarto listo.

- ¿Nos vamos Srta. Kelly Fraser? - pregunto ofreciendo mi brazo.

- Claro Sr. Andrew Fraser Hunt - se pone a mi altura y toma mi brazo, reímos y salimos de casa.

Alonso, el mayordomo que ha cuidado de mi familia desde hace años abre la puerta del auto y subo en la rampa, sonrío al recordar la reacción de Farah al verla.

En el camino hablamos sobre papá y su hotel, el negocio va bien y eso me alivia, Alonso Fraser es un hombre muy trabajador y cariñoso que con mucho esfuerzo logro crear el hotel "Riposo" que en italiano significa "el descanso".

Llegamos y pasamos por el jardín.

- Espera - me detengo y veo al jardín incrédulo - Vaya - digo sonriendo.

- ¿Qué pasa? - pregunta mamá preocupada.

- No, no es nada - sonrío para mí mismo y continuamos hasta entrar al hospital.

Estoy casi cien por ciento seguro de que la chica que bailaba frente a los girasoles hace dos semanas era Farah. El mundo es tan pequeño.

Mi mamá se acerca a la oficina para asegurar mi turno con el fisioterapeuta, mientras tanto voy al jardín para recibir los rayos solares.

- No estamos tarde mamá - escucho la voz de una chica protestar.

- Son las 8:00 y en el papel dice que la cita esta programada para las 8:15 - dice una señora apresurada apuntando su reloj.

Es Farah. Se cruza de brazos y la sigue.

- Farah - le llamo antes de entrar.

- Andrew - me mira y cubre sus mejillas con sus puños.

- ¿Qué haces? - le pregunto confundido.

- Ah, esto - mira los puños - siempre que estoy nerviosa inconcientemente hago esto.

- ¿Por qué estás nerviosa? - sonrío pícaro pensando que es por el beso.

- Ah...eh...

- ¡Farah! - la señora que supongo es su madre la llama.

- Ya voy - deja salir un suspiro - te veo luego.

Mi mamá sale y me avisa que ya es mi turno.

- Bien Andrew, la semana que viene empezaremos a trabajar más con el movimiento de las piernas - indica el doctor Carlos que ha sido mi fisioterapeuta y mi amigo desde que empecé a venir.

Dancin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora