Capítulo 17. FLORECIENDO

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Farah.

Después de salir de la cafetería nos fuimos a casa y cuando llegué traté de esconder mi rostro todo lo que pude.

-Hola, estoy en casa-dije rápidamente sin levantar la cara, estaba a punto de subir las gradas cuando...

-Eh, eh, eh-de reojo veo a mi mamá caminando hacia mi-Alto ahí señorita.

-¿Qué pasa?-digo aún nerviosa sin alzar la cara y ella me hace mirarla sosteniendo mi cara con sus dedos.

-Farah por los cielos-exclama sorprendida- ¿Qué te pasó?.

Rápido, piensa... sé que si le digo lo que pasó, ignorara el "fue un accidente" e irá a la preparatoria con escopeta en mano buscando al tipo que golpeó a su hija.

-Kev-digo finalmente y ella me mira confundida- iba corriendo con Kev, no vi hacia el frente y choque contra un poste- trato de sonar convincente.

-Wao...¿cómo de mi salió un ser tan estúpido?-dice acariciando mi mejilla y yo ruedo los ojos.

Antes de subir a mi habitación me ayuda a aplicar una vez más la pomada que Kev me compró.

Fue una mañana llena de emociones.

Maldito Francisco.

¿Cómo puede tratar asi a Andrew? Ugh cada cosa que sale de su boca es tan sucia y me repugna. Todo este tiempo debe haber sido tan difícil para Andrew y al esforzarse por no mostrarse afectado ante los comentarios de Francisco me duele, me siento muy mal por él.

Pero oh my god, al recordar la paliza que le dió sin siquiera golpearlo fuertemente...se veía tan atractivo. Mientras vago en mis pensamientos mi teléfono empieza a sonar.

Llamada entrante.

[Número desconocido].

-¿Hola?

-Cara de chocolate...

-Andrew-afirmo con un tono de confusión en mi voz.

-Eva me dió tu número-me dice antes de preguntarle.

-Aja...¿Qué quieres?

-Estaba comiendo alitas y pensé en ti.

-¿Por qué pensarías en mi cuando comes alitas?-pregunto divertida.

-Me gustan mucho las alitas-suelta una risita.

-¿Y?- alzo una ceja y luego de analizar lo que acaba de decir...oh por deos, ¿Dijo que le gusto? Mantén la calma Farah no te ilusiones tan rápido.

-O-olvida lo que dije-dice nervioso-Llamaba para preguntarte cómo estás....ya sabes, por lo de tu carita-dice con un genuino tono de preocupación en su voz

Aparto el teléfono y chillo repitiendo "carita", aclaro mí garganta y le contesto.

-Pues está un poco hinchado pero compré una pomada para que no se haga un morete-digo palpando mi mejilla.

-No sé si es un alivio oír eso ya que de igual forma no puedo cambiar el hecho de que ese imbécil te golpeó.

-Me pasa por metiche, el golpe no iba para mí-me tiro en la cama.

-Me siento culpable, si no hubiera estado ahí-

-No digas eso-le interrumpo-me di cuenta de el brillo en tu mirada al vernos bailar- y es que se veía tan complacido y seguía los movimientos de manos como un niño pequeño imitando a su superhéroe favorito.

-Ah-se ríe y deja salir un largo suspiro-tengo que conformarme con ver-dice tristemente y no respondo-Sabes, me gustaría bailar contigo, eres tan graciosa al momento de hacerlo.

-¿Debería tomar eso como un cumplido?

-Es que estando ahí observé a todos los bailarines...pero tú eres la única que estaba perdida.

-Pero si seguí todos los pasos bien-digo haciendo un puchero.

-Me refiero a que estabas perdida en tu propio mundo, disfrutabas cada movimiento y la sonrisa que se formaba en tu cara era natural...de todos eres la única a la que se le nota que ama bailar.

-Gracias-una lágrima escapa por mi mejilla, es una de las primeras veces que alguien halaga mi baile y me siento conmovida.

-¿Estás llorando?-pregunta asustado, sorbo por mi nariz y eso lo confirma- No me digas que estás borracha.

-No idiota-seco mis lágrimas y me recompongo.

-"No idiota"-me imita-ves que soy tan perfecto, incluso puedo conmover a las personas hasta el punto de las lágrimas.

-Be humble bitch- le digo riéndome.

-¿Acaso me dijiste perra? Perra-dice haciendo una voz graciosa y me río a carcajadas-como sea, buenas noches y espero que tu mejilla no empeore.

-Buenas noches Andrew-digo sonriendo como tonta y cuelgo.

Ok...creo que me estoy enamorando.

-¿De quién?-pregunta mi abuela recostada en el umbral de la puerta, pensé en voz alta.

-De Batman-digo señalando un póster que está pegado en la pared, ella sonríe y se va. Me voy a dormir y recuperar mis fuerzas.

Andrew.

Llega la mañana y me preparo para irme, me despido de mi madre y salgo de casa pero no sin antes meter la compresa para Farah en mi mochila.

Cuando entro al salón veo a un grupo de personas en círculo hablando en voz baja, me acerco y le pregunto a uno de ellos que pasa.

- Andrew le dió una paliza al tipo del "B" - me dice sin mirarme.

- Vaya, ese tipo es tan genial - le digo orgulloso y él asiente aún sin verme.

Me asomo para ver si Farah está ahí pero aún no ha llegado así que me voy a mi puesto a esperarla. Alrededor de 20 minutos después llega apresurada con un par de mechones pegados en la frente debido al sudor, la miro de reojo y escribo en un papel.

"¿Podemos ir al campus en el receso?". Se lo lanzo, ella lo mira y me asiente.

Cuando la clase termina ella se dirige hacia mi y ofrece manejar mi silla, obviamente acepto porque a pesar de tener brazos fuertes y sensuales a veces me canso.

Llegamos al campus y nos quedamos en el comedor que está ahí, saco la compresa de mi bolsa y delicadamente la pongo en su cara, ella se sobresalta al sentir el contacto y me la quita de las manos.

-¿Me estás poniendo marihuana en la cara? - pregunta asustada examinando la bolsa.

-No, es caca verde - digo divertido y ella hace una expresión de disgusto - es mentira, le pedí a mi madre que hiciera algo para que tu rostro no se inflame.

-Wao, ella es tan dulce -dice conmovida.

-Si, y tampoco quiere que su futura nuera tenga marcas - digo con una sonrisa pícara.

-Yaqui - dice evadiendo mi mirada y presionando la compresa en su mejilla - pensé que Francisco era agradable -dice en voz baja.

-Y terminó golpeándote.

-Me pasa por ser entrometida, el golpe no iba para mi.

-Aún así, él te golpeó y eso no va a cambiar - dejo caer mi cabeza hacia atrás y la observo.

-Eres genial -me mira y me da un pulgar arriba.

-Puedo defenderte de cualquiera...solo dime si alguien te hace daño -digo valientemente.

-Es más probable que yo te defienda a ti -se burla y me guiña el ojo.

-¿Sabes?

-¿Qué cosa?

-Mientras más te conozco, más me quiero contigo - la miro fijamente y ella se pone nerviosa y saca el celular.

-Oh mira, el pou tiene hambre - se levanta y empieza a caminar torpemente.

- ¡Espérame! - digo mientras me río.

Dancin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora