Nadie como tú (Star vs las fuerzas del mal - AU)

18. La tentación

(La imagen no es de mi autoría o propiedad, se utiliza solo con propósitos de ilustrar parte de este capítulo. Créditos al artista correspondiente)

Hekapoo: ¿Pasa algo, Marco?

Después de que ella dijera esas palabras llenas de preocupación, me levanté de la cama y fui a una silla que había cerca de la ventana. Me senté y mi cara apunto de inmediato al suelo.

Marco: No me... hagas caso... de verdad... estoy... estoy...

M: Quizá es porque una vez mi padre me dijo que aquel hombre que se reserva sentimientos como el dolor y no los expresa no se puede considerar hombre, pero terminé reventando enfrente de la guardiana dimensional. Dejé que un par de cascadas formadas por mis lágrimas aparecieran sin miedo a lo que me fueran a decir, necesitaba sacar todo el dolor que se había acumulado en mi interior, el resentimiento, la rabia, la ira y la frustración de todo aquello que me guardaba para mí mismo. Ante este espectáculo, la chica de amarillo se acercó a mí.

Hekapoo: No estás bien, para nada lo estás, Marco. Cuéntame, que aquí me tienes para ayudarte en lo que me sea posible.

Marco: ¿Te sería posible arrancarme el corazón en este momento?

Hekapoo: (¿Que le hiciste esta vez, Star? Eres una...) ¿Otra vez Star?

Marco: Si ya sabes, no se porque lo preguntas.

Hekapoo: No soy la mejor en este tipo de cosas, Marco, pero déjame intentarlo.

Cuando ella dijo esas palabras, me invadió la curiosidad, sequé mis lágrimas y levanté mi cabeza para poder verla, ya que es atípico que diga algo así.

Marco: ¿Qué cosa?

Y en eso ella se arrodilló y me dió un abrazo. Podía sentir su hermoso cuerpo junto al mío, pero también sentía una calidez y ternura que ella jamás me habría expresado antes. Era una sensación muy agradable, única, maravillosa.

Marco: Gracias, Hekapoo.

Hekapoo: ¿Me contarás ahora? Sino, no te podré ayudar.

Asentí con la cabeza y comencé a contar todo lo sucedido, desde que salí del castillo hasta lo del mercado, omitiendo lo del medallón, ya que consideraba que no tendría sentido mencionarlo.

Hekapoo: Es una tonta. Iré a buscarla para hablar con ella.

Marco: No pierdas tu tiempo con ella, no vale la pena. Ya basta de mí y mis lamentaciones, mejor cuéntame de ti, algo tenías pensado hacer o contarme, de lo contrario no habrías venido aquí.

Hekapoo: Es verdad. Solo quería saber si querias ir a la taberna el viernes en la noche para charlar un rato mientras tomamos algo. Y creo que con esto que te acaba de pasar te caerá muy bien para distraete. Anda, ven conmigo a divertirte.

Marco: (Sería un buen cambio para mí, además la compañía de Hekapoo es muy agradable para mi) Tú ganas, acepto la invitación. ¿Quieres que te busque en tu guarida? ¿O nos vemos directo allá?

Hekapoo: Te espero en mi casa. Entonces el viernes en la noche será.

Marco: Claro, yo te busco. Y gracias por consolarme.

Cuando ambos nos levantamos para despedirnos, ella se acercó a mí y me dió un beso en la mejilla que me dejó sin palabras y con el rostro tan rojo como el color de su cabellera. Después, con tono seductor...

Hekapoo: Adiós, guapo caballero.

Abrió un portal y se fue.

Marco: (No se que sea, pero me pareció más linda que otras veces). Bueno, lo del día de campo sé arruinó pero ahora tengo otro plan. Estoy seguro que lo pasaré muy bien con ella. Dijo el viernes... o sea que faltan 3 días...