Nadie como tú (Star vs las fuerzas del mal - AU)

47. La visita

S: Hoy era el día en el que por fin iríamos Marco y yo a visitar a sus padres en la Tierra y no podía estar más nerviosa, ya que no sabía cómo reaccionarían al verme, sobre todo después de no cumplir con la promesa de hace unos meses. Marco insistía en que no habría problemas con ellos, pero yo no estaba muy convencida al respecto. Además, también les contaríamos que somos novios; por esa parte estaba sumamente feliz, ya que por fin estaba al lado de Marco como su novia. Cierto que han sido solo unos días desde que empezamos nuestra relación de manera formal pero todas esas muestras de amor que teníamos uno con el otro venían desde tiempo antes. Además, Marco ha sido muy detallista conmigo, ya que cuando me ve siempre me dice lo mucho que me ama o me daba un beso o una flor. Es tan lindo que me siento extremadamente afortunada de tenerlo conmigo. Mientras me preparaba para ir a la Tierra, alguien golpeó la puerta de mi habitación. Se trataba de Eclipsa

Star: Hola, Eclipsa. Pasa, por favor.

Eclipsa: Gracias, cariño. ¿Ya estás lista?

Star: Pues, a decir verdad, no. Estoy muy pero muy nerviosa, ya que no sé qué puede pasar cuando los señores Díaz me vean y se enteren de que Marco y yo estamos saliendo como novios.

Eclipsa: Pues seguro les sorprenderá un poco, tal como sucedió conmigo.

Un día antes

Eclipsa: Ufff... esto sí que me tiene bastante agotada.

E: Los trabajos de remodelación y reparación del castillo continuaban sin problemas, ya que entre los caballeros, los habitantes del pueblo, algunos enviados de parte de nuestros aliados, mis consejeros y yo realizabamos muy buen trabajo. Para cuando llegó la hora de comer, todos fuimos al comedor del castillo para descansar y llevarnos algo al estómago para recuperar fuerzas. Todos conversaban tranquilamente, intercambiaban puntos de vista sobre lo que vendría para Mewni en el futuro y también sobre si había que hacer algunos cambios más a las decoraciones del castillo. Antes de poder sentarme para comer, recordé que había olvidado algo cerca de la entrada del castillo, por lo que fui a buscarlo. Pero lo que encontré no fue aquel objeto olvidado, sino a un par de chicos caminando rumbo a la puerta y, además, iban tomados de la mano, cosa que me sorprendió un poco, ya que creí que esto tardaría más en suceder.

S: Desde temprano estuvimos trabajando en las reparaciones del castillo, era mucho trabajo pero, con tal de ver en su máximo esplendor al castillo, valía la pena realizarlo. Cuando llegó la hora de comer, esperé en la entrada del comedor a que Marco llegara, ya que quería hablar con el a solas.

Star: Hola, Marco.

Marco: Hola, mi hermosa estrella. ¿Cómo estás?

Star: Bien, aunque cansada y hambrienta. Aunque... antes de entrar...

M: Cuando Star dijo esas palabras, sus ojos mostraron una picardía muy diferente a la habitual. Esa mirada fue cautivadora desde el primer instante, lo que causó que mi rostro se sonrojara mucho.

Marco: ¿Qué... qué pretendes, Star?

Star: Ven conmigo.

S: Tomé a Marco de la mano y salimos de ahí a paso rápido, ya que deseaba tener un momento de privacidad con el, y eso se debió a que tenía muchas ganas de percibir aquella deliciosa sensación que dejan sus labios sobre los míos. Cada vez que besaba a Marco me sentía como en las nubes, era una sensación maravillosa.

M: Cuando Star me tomó de la mano, por mi cabeza cruzaron diferentes cosas que ella podría estar pensando en hacer. Pero la única que yo deseaba que sucediera era el poder besarla, sentir una vez más aquellos tiernos labios con los míos y que queden impregnados con su sabor, un sabor único del cual podría hacerme adicto. Me llevó a la puerta del castillo, aunque no nos dimos cuenta de que Eclipsa alcanzó a vernos.