A-Teen

Verdades

Durante todo el camino que habían decidido dar a pie, pese a que a casa de Soonyoung quedaba a varias calles, Seokmin había estado hablando un mundo de varias cosas entre ellas los chinos que ahora parecían una dupla inseparable y temida. Su primer percepción de ver a Minghao como un lacayo de Jun se fue a pico cuando notó como el chico parecía ser su mano derecha y prácticamente su igual. Hablaban en chino frente a otros para poder decir cosas que solamente ellos entenderían. Minghao había dejado crecer un poco el cabello de su nuca y su fleco a sugerencia de Jun, ahora parecía un chico intocable, inalcanzable. Sus calificaciones ascendieron al igual que su comunicación.

—A veces participa en clases, habla de forma más fluida. Al principio parecía cohibirse pero ahora no es así, él se equivoca y continua, ¿Sabe? Creo que le hizo muy bien toparse con Jun.

—Seokmin...—le interrumpió Jihoon queriendo despejar su duda de hacia días. —Tu no fuiste el de la broma de la alarma ¿Verdad?

—Ah, sabría que hyung no lo creería...—admitió avergonzado.

—Nadie lo creyó, por eso no fuiste expulsado.—comentó con obviedad, Seokmin le miró con sorpresa y hasta una graciosa ofensa.

—¿No creen que yo pueda hacer algo malo? No se si sentirme bien o mal con eso...—comentó de manera cómica.— bueno, no tengo razones super heroicas. Es solo que iba pasando por el pasillo cuando vi a Minghao levantando la alarma del fuego. Me acerqué y le pregunté que si que hacia y me miró de esa manera con desinterés.

"Yo no entendía que pasaba en ese instante pero la alarma de fuego sonó en toda la escuela y aunque un segundo pensé que había un incendio mi mente fue rápidamente a descubrir que era otra broma de Minghao.

Los alumnos empezaron a salir ordenados y Minghao solo estaba ahí de pie sosteniendo la palanca de la alarma esperando ser descubierto por un directivo. Entonces yo tiré de él con mucha fuerza para que soltara la palanca y mi cerebro dijo que simplemente debería evitar que lo descubrieran así que lo metí al armario de limpieza y noté que girando en el pasillo venía uno de los directivos, me vieron a lado de la alarma de incendios y empecé a correr.

Fui perseguido por dos pasillos hasta ser atrapado y llevado a la dirección, después se anunció que fue una falsa alarma. Minghao quería ser descubierto para ser expulsado y regresado a China, lo supe hasta hace poco. Parecía extrañar su país pero sinceramente no me arrepiento de haberlo 'salvado'. Yo solo me llevé una llamada de atención, nada grave.

¿Sabe porque no me arrepiento? Porque si hubiera permitido que expulsaran a Minghao él no hubiera tenido la oportunidad de conocer que la escuela era genial, que había alguien agradable esperando ser su amigo. No me arrepiento ni un solo día..."

Jihoon estaba conmovido por lo dicho por Seokmin, por esa nobleza que no se había permitido conocer del otro pero que sabía que existía. Recordaba el primer día en que se encontraron, fue en una reunión con el señor Lee. Ahí estaba Seokmin con un rostro infantil moviendo los pies sentado en una silla vistiendo un gracioso corbatín un poco cohibido de conocer a su hermano mayor. Jihoon no se veía interesado en absoluto, tuvo que estrechar su mano porque su madre lo pidió así, todo lo que tenía que hacer en esa forzada hermandad era porque su madre así lo deseaba. Sin embargo ese día, al menos en ese momento, sería diferente.

—Una parte de mi lamenta haberte enviado con Minghao, no pensé que te metería en problemas pero otra parte de mi no se arrepiente —comenta mientras caminan por la acera— me hace darme cuenta de que eres admirable, y que yo no he sido el mejor hermano.

—No sea tan duro consigo mismo...—responde rápidamente algo nervioso de como se tornó el ambiente —no tiene que ser un hermano perfecto, eso es imposible y yo nunca he pedido eso. Me agrada como es.