Luces

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Al final Jihoon había logrado librar sus exámenes finales y ganarse las vacacionesque merecía. Al fondo del cajón que estaba a lado de su cama descansaba elnúmero de teléfono de Park Chanyeol aún doblado de la misma manera queMingyu se lo había entregado. Decidió no pensar mucho en ello y disfrutar susprimeros días libres con su familia, sobre todo en fortalecer más su descuidadarelación con su hermano.


—Seok —le llamó Jihoon al ver al menor preocupado y jugando con su móvil.Comúnmente en sus horas en casa Seokmin se ponía a jugar videojuegos obasquetbol en la canasta que su papá había instalado en la cochera — ¿Quieresintentar unos tiros?


—Claro, hyung...


Conocía a Seokmin, no tanto como desearía pero sabía que esa expresión quetenía antes no era normal. Muy seguramente si Jihoon lo abordaba parapreguntarle el menor diría que todo iba bien puesto que la mayoría de susconocidos había optado por el clásico método de "no estresar a Jihoon, no loaborden con problemas". No se necesitaba ser un genio para saber que ellosestaban haciendo aquello; antes para Jihoon era muy simple enterarse de todolo que otros hacían pero desde que salió del hospital parecía haber un silencio entemas controversiales y todo se volvió una utopía.


Pero de utopía nada, solo le ocultaban las cosas y eso no le pegaba, sobre todocuando se trataba de su propia familia.


Cuando estuvieron en la cancha votando el balón Jihoon empezó a notar elpequeño error de su estrategia, y es que su hermano menor había crecido unmontón por lo que retener sus tiros se había vuelto una batalla perdida desdeantes de que empezara, sin embargo daba su mejor esfuerzo mientras intentabaguiar a Seokmin a una charla.


—Comúnmente hago esto con papá así que estoy feliz que hyung quierajugar—decía sin tener dificultades para bloquear los tiros del mayor.


—Nunca me gustó el basquetbol.


—Se nota —el menor guardó silencio notando su imprudencia pero para susorpresa Jihoon no le fulminó con la mirada — ¿Se ha sentido bien, hyung?


—¿Mmh?—Jihoon iba a responder fríamente a su pregunta como siempre haciapero optó por responderle ya que necesitaba abrir esos lazos de confianza parasaber que preocupaba a su hermano — He tenido pequeños altibajos. Nadapreocupante.


—Ya veo.


—Si, ya sabes, cuando tengo esa sensación de que algo no anda bien contárseloa alguien ayuda — intenta llevar a Seokmin por el camino correcto, tiene que sermas directo.


—Comprendo, ¿Con quien lo hace?


—Con...Mingyu.


—Ya veo, Mingyu parece muy bueno escuchando a las personas, como si dierabuenos consejos.


—Yo también, ¿Sabes? Lo aconsejo a él...todo el tiempo — intenta vender esaidea al otro para que solo empiece a hablar pero Seokmin parece no habercaptado así que deteniendo el balón suspira frustrado — Dime, ¿Qué te pasa?

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