Había en su mente nítidos flashazos de los momentos que había compartido con el mayor y un cumulo de preguntas sin respuestas, de "¿Por qué?" sin sentido. Mientras todos estaban en esa larga sala de espera con sus blancos y el frío de las bancas, los chicos penumbrosos se cuestionaban el porque Jihoon haría algo así.
—Él...él se veía bien...—había susurrado Soonyoung que parecía el más desconcertado teniendo de consuelo a Wonwoo quien frotaba su hombro para relajarlo.
Y es que nadie podía concebir que Jihoon la estaba pasando mal, y fue ahí que Mingyu supo que él era el único que sabía sobre su situación, sus preocupaciones, sus demonios. Seokmin posiblemente estaba informado de las cosas que Jihoon había pasado pero tampoco parecía entender lo mal que la estaba pasando. Su madre estaba no muy lejos de ahí con la tez pálida, sabía que era ella porque era muy parecida al chico y tomando su mano estaba el padre de Seokmin.
Mingyu comprendía como se debía estar sintiendo la mujer que ya había pasado por el suicidio del papá de Jihoon y ahora estar atravesando por ese episodio nuevamente. Debía estar aterrada, se le veía en shock. Y es que mientras todos se veían confundidos, extrañados, fuera de lugar, Mingyu era el único que comprendía estando sentado en esa fría banca. Nunca se preguntó porque Jihoon confió en él, tal vez porque le salvó la vida ese día de lluvia, porque coincidentemente iba pasando por ahí y le vio en el borde llorando desconsolado.
Recuerda ese día con claridad, casi como si hubiese sido ayer. El pequeño de estatura aunque mayor de edad se le veía destrozado a orillas del puente y solo había dejado caer su cuerpo. Mingyu no tuvo que pensar dos veces antes de sujetar su mano con fuerza e implorar al cielo que el agua de la tormenta no hiciera resbaladiza su misión. Al final había logrado salvarlo, había recibido reclamos, había rescatado a ese hombre que no vería el amanecer.
Entonces deduce que al ver esa faceta de él Jihoon se había abierto, solo fue una cuestión circunstancial. Si ellos se hubieran conocido la ocasión en que Mingyu le dio un balonazo al sandwish de Jihoon la historia hubiera sido distinta. Tal vez Jihoon se hubiera molestado, le hubiese obligado a pagar su almuerzo y después serían dos desconocidos. Posiblemente se encontrarían otras veces, cruzarían sus caminos, vería como los zapatos de Jihoon se llenaban de la pintura en las escaleras y el día de la fogata Mingyu le hubiese visto a la distancia llegar cojeando para después volver a lo suyo porque ellos dos no eran conocidos.
Si no hubiese tomado su mano ese día en el puente nada de eso abría ocurrido. Jihoon ya no existiría.
No quería que Jihoon dejara de existir. Nadie lo quería y parece que el único que no se daba cuenta era el mayor. Pero hay ocasiones que el cerebro de las personas juegan malas pasadas, les atormenta pensando que los demás tienen lastima o les hablan por compromiso y se llenan de ideas de que tal vez sería más fácil solo dormir y no despertar nuevamente.
El doctor salió de la sala de emergencias dos horas después de que Jihoon fue internado y los primeros en ir a prisa fueron su madre y el señor Lee. El doctor les explicó la situación, Jihoon había ingerido un puñado de pastillas que todos suponían había comprado en su viaje a la farmacia. Necesitaban limpiar su estomago y esperar que su cuerpo reaccione favorablemente a la desintoxicación por lo cual esa noche sería la más dura pero si por la mañana Jihoon seguía luchando estaría bien. Por el momento no podría recibir visitas de nadie porque aun seguía bajo riesgo.
—Parece que se le podrá visitar hasta la mañana...—contaba Seokmin a los chicos que aun esperaban recibir noticias. Se le veía preocupado, nada comparado al Seokmin sonriente que siempre conocieron — Papá dice que pueden ir a dormir a sus casas porque no podemos estar todos aquí, cualquier cosa les avisaremos. Por la mañana si quieren venir a visitar son bienvenidos.
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A-Teen
Teen Fiction"Cuando era joven estaba preocupado, ¿Habrá alguien ahí que pueda entenderme?" Lee Jihoon simplemente perdió la razón y la motivación. Cuando había decidido dejarlo todo una mano le sostuvo con tanta fuerza que no pudo escapar al otro lado. Así cono...