Capitulo XXII

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— ¿Decirnos qué? — intervino Makalah, mirando a su padre, estaba muy molesta, su madre...no seria esa zorra. Sobre su cadáver mitad Ángel mitad demonio.

— Nada, nada... — dijo la chica, mientras fingía que lo que les diría no tenía importancia, cuando claramente había importancia en lo que les quería decir su padre, al menos para esa perra. — ¿Qué les parece si vamos los cinco a comer?

Un silencio incómodo se formo, Natasha claramente estaba disgustada de no poder demostrar que ella importaba más, ninguno de los Cipher hijos quería hablar, estaban demasiado molestos como para decir algo.

— Yo creó que no, si me disculpan...iré a mi alcoba, los veo después... — dijo Makalah mirando a sus hermanos y padre— Tal vez necesito estar con alguien que no cuente las cosas a la mitad, después se retracte y que no finja que todo está bien... — dijo y se alejó para volver a casa.

— Iré con ella...— dijo Daryl.

— Yo...yo también — dijo Tobby, que fingía ser Teddy, y se alejó.

— ¡Esperen! — dijo Bill, y los tres lo miraron. — Lo siento Natasha, cariño pero, prometí a los niños pasar el día con ellos...

Bill suspiro, no sabía cómo decirles a sus hijos esto.

No lo sabía.

— Oh, entonces descuida, como quiera tengo mucho trabajo que hacer...— dijo y se alejó tambaleando, Makah sabía porque, se sentía muy molesta por no poder proclamarse su jefa, o cariño, eso, sobre su cadáver.

[***]

La familia Cipher estaba en la pizzería del este, a tres cuadras de su casa.

Su padre estaba nervioso, no sabía cómo decirles. Se quedó mirando a los niños que comían la pizza felices. Observó a Teddy, su corazón se detuvo. Por un instante, imagino a su ex esposa y a Ivy y Tobby con ellos, su corazón se estrujó.

Ser felices...jamás volvió a saber de ella, no supo que había hecho, no supo que pasó con los dos pequeños. No supo nada...

A veces lo imaginaba...pero, después un destello traía a Natasha. Pero así como venía se iba.

Necesitaba dejar de pensarla tanto....

— Niños...debo decirles algo...

Makalah recordó la última carta de que Ivy le había hecho.

Se impulsiva, de vez en cuando.

— ¿Que la amas? — espetó la chica mientras dejaba la pizza de lado, Daryl sonrio de forma imperceptible. — ¿En dos meses? ¡Ja! Claro, te dejaré creerlo si eso te deja dormir por la noche papá — dijo en un gruñido.

— Hayleen...— dijo serio. Bien, ahora Bill sería impulsivo.

— ¡No! No no queremos oírte, no lo vamos a hacer. — gruñó ahora Teddy mientras lo miraba, se puso de pie de golpe, Daryl también se levantó — Voy para casa. — espero y salió del lugar, sólo Hayleen se quedó ahí mirando a su padre.

— Yo...— dijo Bill.

— No papá...tengo toda la razón, lo sabes, sólo lo quieres negar, no puedes amar a alguien en dos meses, tomando en cuenta que siempre mamá sigue en ti...intenta negarlo, pero no puedes...— dijo la chica y se levantó mientras corría detrás de donde sus hermanos se habían ido.

Cuando Teddy llegó a casa respiro agitado, comenzó a caminar en círculos, Daryl venía demasiado atrás.

— Demonios. Ya no puedo más, ya no, sólo soy un niño yo no pedí esto...— dijo el niño, mientras tiraba suavemente de su cabello.

Juego de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora