Capitulo XXV

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Cuando la chica terminó su maleta, estaba todavía más nerviosa que antes y junto a Dominik subieron las maletas al auto, era obvio que podían aparecer y desaparecer, pero, Hayleen también sabía que su madre intentaba alargar el momento de ver a su padre.

Y ella lo agradecía, pues Daryl todavía no le avisaba que ya habían llegado al hotel en San Francisco.

— Adiós Mamá, Luke, Sophie, Mabel, prometo cuidare de Dominik — le sonrió un poco a la castaña la cual río haciendo un gesto de quitarle importancia.

— Ve por Makah y Tobby, y de preferencia, vuelve con una sonrisa y un buen acuerdo para volver a ver a los niños, los extrañamos aquí también. — le dijo la castaña con una sonrisita.

— Deseenme suerte — dijo la chica nerviosa, abrazando a su madre.

— Suerte — le dijo su madre al oído — pero se que no la necesitarás, siempre te has hecho valer, está vez, no será la excepción. — le dijo y acarició sus mejillas.

— Que estés bien y te vaya bien abuela — dijo Hayleen abrazándola.

Teddy también se acercó y la abrazo.

— Fue un placer conocerlos...no los olvidaré... — les dijo el niño con una sonrisa.

— Adiós Leen, adiós Teddy... — les dijo la mujer.

— Abuela...Entonces ¿iras a Los Ángeles en acción de gracias? — le preguntó el niño esperanzado.

— No me lo perdería por nada del mundo — dijo la señora sonriéndole de manera maternal.

— ¡Adiós! — le dijo con entusiasmo y corrió al auto para subir a este.

Hayleen, se volvió a acercar a todos despidiéndose con abrazos y besos en las mejillas.

— Saluda a tu Padre de mi parte— le dijo Mabel, cuando se cerrando la reja por dónde había salido.

— Yo...lo haré — asintió la adolescente sonriendo, cruzó los dedos y brazos y se subió al auto.

El viaje al aeropuerto fue tranquilo y no hubo mucho problema en subir a un avión, aún así, los niños y el hermano de la chica, podían notar sus nervios, por la manera en que fingía leer la revista y atender los mensajes que le llegaban.

Y estaba aterrada.

En el hotel Stanford, ya se encontraba la prometida de Bill Cipher, junto a sus padres, estos charlaba tranquilamente.

Natasha ya tennis al hombre que necesitaba en su vida; un hombre millonario.

— Sí, él llegara en cualquier momento — dijo y sonrío —  por favor se amable papá el es todo lo has querido para tu pequeña — le dijo abrazándolo por el brazo — más muchos millones — le dijo encantada, sonriendo

— Seré el hombre mas amable del mundo — dijo el señor y los 3 rieron fascinados.

— Shh...silencio aquí viene — les dijo a sus padres, para evitar decir algo que no debían y que Bill escuchara. — Y con toda su prole — susurró para si misma algo; muy; disgustada, al ver como se acercaba Hayleen, Daryl, Teddy; con Dexter; Mabel (con la pequeña Brinn), Will, Marcus y el hermano de la castaña, Dipper. — Hola Cielo

— Hola...— le dijo Bill, con una sonrisa, venía vestido con un traje negro, con corbata dorada, y su sonrisa era pequeña, pero atrayente. Ganándose un beso de su secretaria y prometida.

— Hayleen, Teddy, Daryl, Mabel, Will, Marcus, Dipper y...Dexter — dijo el nombre del perro con disgusto — Cariño, ¿Qué hace un perro en un lugar como este? — dijo Natasha — ¿Un perro en el Stanford? — murmuro para el entre dientes.

Juego de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora