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UNO: Lucy y el club de los perdedores.

——

Junio 1989.

El timbre sonó indicando el inicio de las vacaciones de verano.

—¡Ohhhh! Por fin salgo de éste infierno—exclamó Lucy, mientras se quitaba la mochila de los hombros y empujaba a las personas que estaban en medio de la puerta principal.

Al salir a la calle, respiró profundamente, y mientras pensaba en los planes que haría para sus aburridas (Pero esperadas) vacaciones, chocó contra un bote de basura.

—Mierda, mierda—dijo, mientras se apartaba rápidamente del bote. Al levantar la vista vio a cuatro chicos mirándola—. Joder.

Fingió que no se había chocado contra el bote de basura (lo cuál fue una casualidad muy desagradable) y empezó a vaciar su mochila bajo la mirada atenta de los chicos.

—¿Qué quieren hacer mañana?—dijo uno de los cuatro niños. Ignorando por completo que Lucy estaba allí.

—Empiezo a entrenar—respondió otro de los cuatro chicos, tenía gafas.

—¿A entrenar qué?—preguntó otra vez el niño.

Lucy dejó de vaciar su mochila, y la tiró al suelo. Más no se fue de ahí.

—... Se llama Street Fighter—habló el niño de gafas.

—¿Así piensas pasar el verano? ¿con un videojuego?—dijo el niño que había preguntado al principio.

—Es mejor que hacerlo con tu madre, ¡ooooh!—levantó su mano para chocar los cinco con un niño rubio de rulos que tenía a su lado, pero éste sólo lo ignoró. Lucy soltó una pequeña carcajada, y los niños prestaron toda su atención en ella, como si ahora se hubieran dado cuenta de su presencia.

—Ah...—musitó Lucy—. Hola, soy Lucy Evans.

Los niños se miraron entre ellos, como esperando a que alguno de los cuatro hablara.

—Joder, ¿cuánto tiempo van a esperar para abrir la maldita boca?—preguntó la castaña molesta.

—Hola, soy Sta...—habló el chico de rulos, pero el de gafas lo interrumpió:

—Hola, soy Richie Tozier, tu futuro esposo. A tus servicios, nena—se presentó el niño de gafas, de nombre Richie.

—Soy Stanley Uris. Pero me puedes decir Stan—dijo el rubio de rulos fastidiado.

—Eddie Kaspbrak—se presentó el niño que había estado hablando con el de gafas.

—H-h-h-hola. S-soy B-B-B-B—suspiró, tratando de tranquilizarse—. S-s-soy B-Bill.

Su tartamudeo es lindo, pensó Lucy mientras le daba una sonrisa, provocando un sonrojo en las mejillas de Bill.

Lucy ya sabía de la existencia de los cuatro chicos. Eran conocidos como el club de los perdedores, y Bill era conocido en el colegio como el tartaja. También sabía de la existencia de Bill por su hermano pequeño, Georgie, que había desaparecido hace un año.

—¿Y su vamos a la cantera?—sugirió Stanley a sus amigos.

—Tengo los bal-baldíos—dijo Bill.

—Eh sí, Eddie—llamó Stanley a su amigo, que miraba algo en específico.

—La mamá de Betty—dijo Eddie, y todos se giraron. En efecto, la mamá de Betty estaba en la entrada de la escuela con unos policías al lado de ella.

[1] Funny ━ ItDonde viven las historias. Descúbrelo ahora