[1] Funny ━ It

XII

DOCE: Miedo.

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Al llegar a la casa de Neibolt Street, todos tiraron sus bicicletas y comenzaron a sacar sus armas.

—Chicos, alístense—ordenó Bill, mientras sacaba barras de metal.

Richie buscó alrededor algo que le sirviera para defenderse, hasa que vio una botella de cerveza polvorienta, la estrelló contra una madera de la casa, para ver si era resistente, y al ver que la botella se rompió tiró lo que quedaba, algo decepcionado.

Eddie cogió sus medicinas, y con furia las arrojó.

Uno a uno fueron entrando a la casa, pero Stanley se quedó en el umbral de la puerta principal.

—Stan—lo llamó Richie, y todos se giraron hacia él.

—Stan, debemos ir todos—dijo Bill—, Lucy tenía razón, si nos separamos como antes, el payaso nos matará uno por uno, pero si todos seguimos juntos, ganaremos.

Mike fue hacia Stan, y lo incitó a entrar.

Todos bajaron la escalera, que crujia bajo sus pies. Y vieron el pozo por el cual Bill había visto al payaso irse; los siete se acercaron más.

—Eddie, ¿tienes una moneda?—preguntó Richie.

—No pediría un deseo en esa porquería—contestó él mientras Beverly alumbraba con su linterna.

—¡LUCY!—gritó Bill, inclinándose mas hacia el pozo, con la esperanza de oír la voz de la castaña.

—¿Cómo vamos a bajar?—preguntó Mike.

Por suerte, Bill localizó una soga y todos la ataron. Bill fue el primero en bajar, luego Eddie, luego Beverly, luego Stanley, luego Ben y por último Richie.

Todos se acomodaron en un hueco al lado de la pared del pozo; era el turno de Mike en bajar, pero no lo hacía.

Entonces escucharon gritos.

—¡MIKE!—gritó Ben.

Mike parecía estar eniendo una lucha con alguien, cosa que desesperó a todos.

—¡MIKE!—volvió a gritar Stanley.

—¿Qué sucede?—preguntó Richie, alarmado.

—Bowers—respondió Bill.

Todos miraron hacia arriba, y vieron la cara de Herny Bowers, con manchas de sangre, éste comenzó a reír malvadamente mientras subía la soga.

—¡No, no, no, no!—dijo Eddie.

—Y-yo debería subir—propuso Bill.

—¿Éstas loco?—exclamó Richie—. ¿Con qué?

Pero no tuvieron tiempo para pensar, porque el cuerpo de Herny Bowers cayó por el pozo.

Mike se asomó por el pozo, tranquilizando a todos, puso de nuevo la soga y recargó su arma, y trató coger las municiones, pero éstas se cayeron al fondo del pozo.