Alex & Yo.

C E R O.

No podría decirme a mí misma cual era el motivo, razón o circunstancia por la que Alex Carson estaba en mi diario. Mi diario privado, mis confidencias, mi vida, allí estaba él mirándome desde las páginas.

Pero aún más extraño es saber que aparece este en un día en especial cada año.

En un principio no había un “Alex y yo”

Creo que nunca hubo un Alex y yo, era más como “Alex y su esplendorosa vida y su egocéntrico ser” y aparte Yo en una esquina con los audífonos a todo volumen intentando olvidar mi alrededor, escribiendo una que otra historia.

Nunca estuvimos en el mismo salón de clases, nunca en el mismo grado, él estaba por encima de mí, claro que en esa época cuando lo conocí yo tenía trece años, y él quizá dieciséis. 

Recuerdo la primera vez que lo vi, obviamente ese día no era de septiembre.

Fue a principios de año de mi octavo grado, cuando me hice amiga de Gina Saldaña.

 

La dulce personalidad de Gina aun me resultaba abrumadora, porque no estaba acostumbrada a la atención. Aparte de ser fuera del estereotipo de chica que todos aman, ella no era ni presumida, ni cabeza hueca. Tenía todo un club de fans, la gente la amaba y yo entendía el por qué.

-¡Abril!-gritó Ana Eliza, una de las mejores amigas de Gina, pero juro que a veces odio solo escuchar el sonido de su voz, porque me provoca un dolor de cabeza agudo.

Tomé aire intentando no ser grosera, me quité los audífonos y me giré a verlas, todas recostadas de la baranda de la escuela, en sus esplendorosas figuras.

Gina, Ana Eliza y Govana eran por mucho las reencarnaciones de modelos de Victoria Secret. Yo no me veía como ellas por supuesto, porque ellas miden más de 1.70m y yo apenas si llegaba al 1.60m, ellas tenían de delantera lo que yo bueno, no podría rellenar aún. Y no quería seguir mirándolas, sabía que llegaría mi día, solo soy una flor tardía y toda esa cursilería, la pregunta para mí era… ¿Por qué ellas seguían queriendo estar conmigo?

-¿sí?- me digné a responder, seamos sinceros, Ana Eliza me odia por las mismas razones que explique hace poco. No la culpo. No soy de oro.

Ella bufó como si la sacara de onda, batiendo las pestañas con exageración.

-te pregunté… ¿tú y tu novio se besan como Alex y Gina?

Ella más que nadie sabía que no tengo novio. ¿Quién es Alex?

-contaba…- me explicaba Gina paciente al ver que estaba fuera de hilo.- que es raro que cuando beso a Alex, a veces chocan nuestros dientes.

Okay… no sé. ¿Debo responder a eso?

-yo no ten…- Ana Eliza me interrumpió dejando de menos lo que iba a decir y juro que casi le rompo la cara pero, no tengo porque rebajarme al ritmo de esa zorra. Gina me miró, diciéndome con la mirada que la ignorara. Sé que ella también piensa que esa está loca.

Alguien tomó a Gina por detrás sorprendiéndola, llevaba un abrigo negro lo que sería bastante raro sabiendo que hace mucho calor en esta época del año. El chico besó su mejilla, ella se sonrojo, mi piel se erizó pero, no es que fuera algo fuera de este mundo, solo era el clásico estereotipo de chico guapo. Si muy lindo. Muy encantador.

Pero no creo que tenga nada de lindo y encantador.

-cariño…-dijo Gina mirándome.- este es mi novio, Alex.

Sí, luce como un Alex. Me miraba como un bicho raro, claro, es de suponerse.

-Abril.-me presenté extendiendo mi mano, claro que estoy nerviosa… era un chico guapo que el próximo año estaría en senior y teniendo en cuenta el historial de chicos que conocía, tengo que ser sincera, no hay ninguno en mi lista como él.

Pero aun así, no era mi tipo.

Estrechó mi mano pero en sus ojos había un toque cómico, podía estar riéndose internamente de mí.

-¿Abril?,- frunció el ceño exageradamente.- pensé que estábamos en marzo.

 

Y con esa respuesta saliendo de la boca de ese idiota, me fleché.

Claro que en ese momento no lo sabía, pero ahora… sé que es un completo idiota que cree que puede conquistar a todo el mundo con sus sonrisas.

Apuesto a que cree que también me tenía babeando a mí en ese momento.