ocho

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[quiero hacerle un masaje a mis pensamientos, para que se ablanden, no hablen en cualquier momento]

valentín;
estaba en mi casa.

me sentía cansado, pero no solo físicamente. también mentalmente.

y es que últimamente no dejaba de pensar en cosas que me hacían mal.

pero nunca lo decía, no digo lo que siento ni aun que me paguen.

es tan difícil explicarlo, y que encima a los demás les parezca poca cosa da mucha bronca.

solo tenía que respirar hondo y seguir.

porque de eso se trataba mi vida últimamente, intentar seguir. porque ya ni vivía, o por lo menos no como yo quería.

es un sufrimiento constante que ni yo sé porque me sigue pasando.

no veo mas a malena, ¿por qué me pasa esto?

el timbre me distrae de mis pensamientos.

y lo agradezco mentalmente porque ya iba a empezar a ponerme mal. si no es que ya lo estaba.

abro la puerta y veo a malena. y es como si con tan solo pensarla la llamara, como si ella supiera que la necesito.

-¿sorpresa?- pronunció en forma de broma.

reí.

-hola?- contesté

-ya sé que no nos íbamos a ver, pero ya pasó mucho tiempo, porfa.- dijo.

-te extrañe.- hablé con una sonrisa en la cara.

y otra vez me insulté a mi mismo. no tenía que decir eso. ella no me extrañó.

solo vino por pena. no me quiere.

-yo también.- pronunció con una sonrisa en la cara, que realmente pareció más una mueca.

suspiré por eso, algo dentro de mi decía que en realidad mis pensamientos mentían.

pero era verdad al final. no le importo.

-¿a qué viniste?- me di cuenta que sonó muy brusco, pero ella siempre era así, tenía mis razones.

-y ya te dije, pasó mucho tiempo y te extrañaba.- achinó sus ojitos con su sonrisa característica.

-¿para qué te esforzaste en venir? no te importo malena, ya lo sé. no fuiste ni a la competencia más importante de toda mi carrera loca. ¡y lo que más me molesta es que sigo enamorado de vos! ¡la puta madre!- grité

y otra vez estaba diciéndole a ella lo que pensaba, cuando a nadie se lo decía.

pero ella sacaba lo peor de mi. o quizás lo mejor, depende como lo veas.

-¿q..qué?- balbuceó.

-¿pensaste qué te iba a superar, así de la nada?.- hablé en voz alta.

-no sé. te necesitaba y vine.- respondió.

-dios malena. yo también necesito una salud mental loco. y me haces mal ¿qué no entendes?- dije.

-bueno, me voy.- al mirarla tenía los ojos llorosos y se fue.

pero malena, ¿vos sabes cuantas lagrimas derrame solo por vos?

¿sabes cuánto tiempo esperé esto? no, no creo que ni te lo imagines. si nunca me prestaste atención.

cerré la puerta y volví a suspirar.

mis ojos también estaban vidriosos. siempre era ella el motivo.

pero si tan solo guardara mis pensamientos, me ahorraría mucho sufrimiento.

para eso escribo canciones, para descargarme de mis emociones.

pero al final guardo tantas cosas que exploto.

y termino arruinando todo aún más.

terraza; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora