diecinueve

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[eh, dale, vámonos que tengo sed
ya no tengo nada para hacer]

valentín;
ya era el otro fin de semana, y como habíamos planeado, íbamos a salir con mis amigos.

estaba emocionado, y me daba risa estar así, pero es que la última vez la pasé tan bien que ya quería repetirlo.

sonreí mientras me ponía perfume, me acordé que a malena le encanta.

así que me puse un poco más.

cuando llegaron mis amigos fuimos a una previa.

estuve todo el transcurso de esta sonriendo.

no podía estar más feliz que ahora.

con unos tragos de más nos fuimos a el boliche caminando.

entramos y nos pusimos a bailar. lo normal.

unas cuantas horas más tarde, y con aún más alcohol encima, ya me empezaba a sentir mal.

salí a tomar un poco de aire, y apenas salí vomité.

atrás mío venia martín, que al verme no pudo evitar reírse.

y sinceramente yo tampoco.

se ve que reíamos muy fuerte porque algunos nos miraban mal.

supongo que todavía no estaban en pedo.

al terminar volvimos a entrar, pero después de quebrar necesitaba agua urgentemente.

y en la barra no me dieron.

ya me estaba estresando así que empecé a buscar al resto de mis amigos.

al ver a wawa me acerqué corriendo.

mala decisión, ya que me caí en medio del piso del boliche.

me reí, mientras me puteaba la gente a la que interrumpí con mi buena caída.

igualmente mi codo sangraba. todo mal.

-wawa!- me miró y se preocupó un poco al ver mi codo.- nos podemos ir? no quiero cagarles la salida pero no la estoy pasando muy bien.- grité para que me escuchara.

todos accedieron a irse, así que ahí estábamos, en una plaza fumando algo en la
madrugada.

la verdad no me quejaba, estábamos acostados mirando el cielo mientras hablábamos de la vida.

estos son los momentos que de verdad me gustan recordar.

cerca del amanecer me paré para irme.

saludé a mis amigos y me dirigí a mi casa.

y como no, con una sonrisa en la cara.

la verdad, llegaba a pensar que tanto sufrir, me había servido para algo.

ahora disfrutaba más los momentos en los que la pasaba bien.

así que de algún modo, agradecía a malena por lo que me había hecho vivir.

sea lo bueno o lo malo, me ayudo a crecer.

y eso era lo importante.

ya no tenía nada para preocuparme.

terraza; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora