Capítulo 8 2/2

186 8 0
                                    

Lo busqué por toda la sala principal, pero no encontré ningún rastro de él. Seguí buscándolo por toda la casa.

—¿Harry?—Dije levantando un poco el tono de voz, y pisando el primer escalón.

Creí que lo encontraría sentado en el sofá mirando películas o en la cocina preparando algo, pero no fue así. Por eso se me había ocurrido subir las escaleras.

—¿Estás enojado conmigo? Podrías haberme contestado los mensajes—Abrí una de las cuatro puertas del segundo piso de la enorme casa. Era una habitación de paredes blancas con algunos muebles y dos camas, supuse que era para las visitas. Cerré la puerta y seguí el camino hasta la segunda puerta. Aproveché para mirar las fotos que habían colgadas en las paredes, y algunos cuadros sobre muebles. Se veía tan feliz en aquellas fotos. ¿Qué le sucedió?

— ¿Dónde estás?, te haz comportado muy extraño estos días, ¿sabes? me preocupaste demasiado.—Llegué a la segunda puerta, la abrí rápidamente pero él no estaba. Solo había una guitarra criolla, un piano bastante antiguo y una batería, ¿tocará alguno?. Cerré la puerta y me dirigí a la tercera puerta.

— Por favor, dime que no te haz ido de aquí, necesito verte— Y es verdad, lo necesito a él— Si no quieres verme solo dilo y no volveré a molestarte— Empuje la tercer puerta hacia adentro y me sorprendí al notar que era su habitación, creí que iba a estar allí dentro pero no, tampoco estaba ahí. La cama estaba desordenada y su celular estaba tirado a un costado. Curioso, lo tomé en mis manos y desbloqueé la pantalla, "1234" no es una contraseña tan difícil. Tenía varios mensajes míos sin leer, ¿ignoró mis mensajes?

—Oh, veo que no haz leído mis mensajes.— Con el celular a mano, salí de la habitación y emprendí camino hasta la cuarta y última puerta, supongo que es el baño. No creo que esté allí, y si no se encuentra ahí, quiere decir que no está en la casa y perdí mi tiempo buscándolo. Apoyé mi mano sobre el picaporte y lo giré delicadamente, haciendo presión hacia el lado contrario de mi cuerpo. La abrí y sin mirar entré.

—¡¿Pero qué mierda te pasó?!— Sí, frente a mí se encontraba el cálido y, casi desnudo, cuerpo de Harry tirado en el piso del baño con sus mejillas teñidas de un color cercano al carmesí, seguramente por la fiebre, tenía puesta su ropa interior, ni más, ni menos y todo a su alrededor estaba sucio.

— ¡Contestame de una puta vez!— Hice lo primero que pude después de haberme quedado minutos mirando su débil cuerpo y guardé su celular en mi bolsillo lo más rápido que mis manos pudieron y corrí a él, me agaché y lo tomé de los hombros con mucho cuidado, como si de un niño recién nacido se tratase. Se sentía tan liviano, como si no hubiera comido nada por días.

—Louis... No me siento para nada bien—Su voz sonaba apagada y entrecortada—Ayúdame— Pestañeaba lentamente y no se levantaba, solo me miraba a los ojos sin despegar los suyos de los míos. Me dolió verlo de tal manera.— Por favor.

—¿Qué tienes, Harry? ¿Por qué no me haz llamado? ¡Podría haberte ayudado, te hubiera llevado al médico!— Los ojos de él comenzaban a cristalizarse, no tendría que gritarle.— ¿Por qué? Hazz ¿Por qué?

—No quería molestarte, sé que tienes que ocuparte de tus hermanas y no quiero ser un peso más para ti.

No podía enojarme con él, no podía gritarle y mucho menos pedirle explicaciones, sabiendo que apenas puede mantenerse consciente. Lo tomé suavemente de la cintura y lo ayudé a sentarse apoyándole su espalda contra la pared. Una vez que puso mantenerse en el lugar, le separé las piernas en forma de "V" y me senté en el espacio que quedaba entre sus dos largas y delgadas piernas, lo miré a los ojos y solo pude abrazarlo con todas mis fuerzas, sin hacerle daño por supuesto. Y lo hice porque verlo ahí, tan solo, lastimado e indefenso me hizo comprender que él no debe estar solo como lo estuvo hasta hace un momento, porque es como un niño pequeño de tan solo cinco años que no sabe cómo cuidarse por sí solo. Lo volví a mirar por última vez y él me observó extrañado por lo que acababa de hacer, y ese fue nuestro primer abrazo. Me levanté y me aleje caminando hasta desaparecer del baño y en un abrir y cerrar de ojos yo me encontraba en la habitación de Harry. 

I don't wanna love you- Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora