Cuando soy débil, soy fuerte. #13

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me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
2 Corintios 12:9

Esta muy de moda últimamente escuchar predicas o frases en la iglesia, en las calles y hasta en internet que parecen lindas, pero que en su mayoría son verdades a medias o directamente son falacias. El positivismo, la comodidad y el confort no son el verdadero evangelio; en el evangelio no se acaban los problemas o las adversidades, como se tiende a decir. No existe un tal "pare de sufrir".

En Cristo también hay enfermedad, hay sufrimiento, hay dolor, hay luchas. Dios es Dios, y el hecho de que se presenten diferentes adversidades no le quita la Soberanía al Señor, por el contrario, Él es quien permite determinadas situaciones. Él hace como quiere, donde quiere, cuando quiere, con el que Él quiera. Y todo siempre será para su Gloria.

Los que creímos en Dios, y los que le amamos debemos entender que todo siempre nos ayudara para bien. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Rom. 8:28)

Ahora hablando en primera persona, quiero agradecerle al señor todos los momentos no muy lindos que he tenido que pasar, por esos momentos de fragilidad, de sufrimiento, por las situaciones dolorosas que he tenido que atravesar y por las que hoy atravieso. No es que disfrute de estas situaciones o que lo pase bien, pero si algo se, es que en estos momentos Cristo se hace más fuerte en mi vida y está más presente que nunca. En Cristo hay tantos problemas como en el mundo, pero hay algo que nos diferencia, y es que nosotros tenemos con quien sobrellevar cada situación y tenemos a alguien que siempre nos sacara en victoria.
El que no conoce a Cristo no puede entender como seguimos sonriendo y nos encontramos gozosos, a pensar de estar atravesando una situación difícil. Es que tenemos la esperanza puesta en Jesús, y todo lo que nos pueda pasar aquí en la tierra, no van a tener punto de comparación con lo que nos espera allá en el cielo.

Habrá momentos en que vamos a estar allá arriba, y otros en los que vamos a estar allá bajo, es normal, somos seres humanos. Cuando Cristo tuvo que ir a morir por vos y por mí, no creo que haya estado muy feliz. No dijo: ¡Si, al fin, llego el momento de sufrir por mis hermanos! Jesús le dijo a su Padre, si es posible que esta situación pase de mí. Sin embargo, era necesario ese trago amargo. Así sucede con nosotros, hay cosas que no queremos que nos pasen, sin embargo, son necesarias.

"Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." (2 Corintios 12:10)

Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Dios te bendiga

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