Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.Filipenses 4:8
El diablo suele atacar de varias maneras, pero creo que una de sus formas preferidas es a través de la mente, ya que es el ataque más difícil de detectar. Ataca con duda, temor, desconfianza, hasta con pensamientos sucios usando nuestra inclinación carnal hacia el pecado.
Este tipo de ataque es difícil de detectar, porque no es que se aparece en nuestros pensamientos diciendo hola soy el diablo *insertar pensamiento* y se va, sino que aparece en primera persona, es decir, nos hace creer que son pensamientos propios, cuando en realidad estamos sufriendo un ataque satánico.
Hay una famosa frase que dice que "no puedes evitar que los pájaros vuelen sobre ti, pero si puedes evitar que aniden". Así funciona con los pensamientos, no podemos eludir que aparezcan, pero si podemos permitir que no se establezcan y echen raíces, porque una vez que esto sucede, puede dar a luz el pecado. Hay un versículo en Miqueas 2:1 que dice:
"¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!"
Cuando cometemos un pecado no debemos culpar a los demás, y tampoco echarle la culpa al diablo porque el solo planta las ideas, pero nosotros somos quienes las ejecutamos, nadie viene con un arma a amenazarnos para hacer el mal, y aunque así fuere, mejor morir físicamente, pero no espiritualmente.
Debemos pensar en las cosas que estamos pensando, poner un filtro. Conociendo la verdad, cuando un pensamiento que no es bueno se aparece en nuestra mente, se debe encender una alarma de alerta. No sé si les ha pasado, pero yo en ocasiones me encuentro a mí misma divagando en una nube, y pienso para mis adentros: "¿Qué estas pensando?". Es cuestión de prestar atención a los pensamientos que rodean por nuestra mente. Además, en efesios 6:16, el Señor nos dice cómo debemos protegernos: "Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno."
Pongamos en el señor nuestra mente y nuestros pensamientos, y el los afirmara y con el Espíritu Santo en nosotros, vamos a poder detectar cuando un pensamiento no proviene de Dios. Pensemos en todo lo que es digno de Alabanza a nuestro Señor. Aquellos pensamientos que edifican, buenos, puros, amables, honestos, verdaderos, ¡en esto pensemos!
Dios te bendiga.