Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. (Efesios 2:10)
Desde que comienza Efesios 2, se nos relata lo que era nuestra vida sin Cristo.
-Estábamos muertos en nuestras transgresiones y pecados.
-Nos conducíamos según el que gobierna las tinieblas
-Vivíamos impulsados por nuestros deseos pecaminosos
-Siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.
Pero Dios en su misericordia, y en su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. Por GRACIA fuimos salvados, por medio de la FE, para que luego no digamos "yo me lo gane", "es porque hice esto o aquello". No, de hecho, no hay nada que podamos hacer humanamente para "ganarnos" ese perdón y esa salvación, solo arrepentirnos y creer en Jesús y en su obra redentora.
Mas ahora, lo viejo paso, y ha comenzado para nosotros una nueva vida en fe en Cristo Jesús, para hacer nuevas obras dirigidas por el Espíritu Santo.
"Somos hechura de Dios": Todos fuimos creados por Dios, eso está claro. Pero no todos han decido vivir bajo la voluntad y los propósitos de Dios para sus vidas.
"Creados en Cristo Jesús para buenas obras": Fuimos creados para llevar adelante toda buena obra, pero hemos sido formados y moldeados por el espíritu del entorno en el que vivimos, por todo lo que vemos, leemos y escuchamos. La sabiduría del mundo siempre ha estado impregnada de envidia y todo tipo de malicia. Sumado a esto, la naturaleza pecaminosa con la cual nacemos, nos llevan a hacer obras que están totalmente fuera de la voluntad de Dios.
Pero hemos sido rescatados, y es momento de comenzar a realizar las buenas obras que "Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica".
Cristo no solo debe ser nuestro "Salvador", sino que también debe ser nuestro "Señor", y no hay nada más lindo que, como jóvenes, ser testimonio de que nuestra vida no solo ha sido rescatada por el Rey de reyes, sino que también, vivimos ahora bajo su gobierno. Cedámosle el control de nuestras vidas, porque los caminos que el preparo para cada uno de nosotros, es mucha más grande y maravilloso de lo que nosotros podríamos haber planeado y vivido.
Dios te bendiga!