24 de Junio, 2007
Había pasado una semana desde que había discutido con los chicos y en la que he estado metida en nuestro departamento, finalmente me había mudado —me remordía el hecho de no haberles dicho la dirección de este departamento a los chicos, pero fueron ellos los que no me dejaron otra opción— y en secreto de Luna había pedido una licencia especial con el director del hospital y mis citas las postergue. Sin embargo yo me sentía contrariada por todo lo que mis amigos me habían reprochado, me han dejado pensando en que todo esto puede ser un error y tal vez y solo tal vez por eso no me he atrevido a decirle nada de mi embarazo a Adrián.
Aunque no era buena idea tener tiempo libre, porque así en la soledad rememoro todas las palabras dichas por mis amigos y me es inevitable retener las lágrimas. Justo como en este momento, sentada en la sala y para colmo en pijama y los ojos enrojecidos por haber llorado toda la mañana, simplemente ahora me sumerjo en un recuerdo.
31 de mayo, 1996
Cuando termino la última clase decidí que necesitaba un rato a solas, toda esta situación de la brigada inquisitorial de la cara de sapo me tenía exhausta, así que dejare que ellos se hagan bolas por un rato. Desde que comenzaron mis encuentros con Harry le perdí el interés a las estupideces que ordenaba Umbridge, que cada vez se encontraba más obsesionada con él. Finalmente había llegado al punto de mis encuentros con Potter, claro está vez él no estaba, así que aproveche y me acerque a la orilla y me senté. Inmediatamente pensé en mis padres y en la fecha crucial que se acercaba, la poca certeza que tenía sobre mi futuro me tenía más estresada y ansiosa a la vez.
Estas semanas cada uno de nosotros se ha mantenido alejado, tratando de aparentar que nada malo iba a pasar, como siempre, el tema no relucía entre nuestras casi nulas conversaciones porque al final somos Slytherin y pues las reglas de nuestras familias sobre las emociones tenían que prevalecer.
La carta que había llegado hace unos días de mis padres reflejo la emoción y el orgullo que sentían por estar entre las filas de Voldemort y que esperaban que cumpliera con las expectativas, que era un gran honor para ellos y por lo tanto lo tendría que ser para mí... no tuve animo de responderles todo lo que se merecían. Estaba asustada y no tenía a alguien a quien le pudiera contar toda la verdad, porque aunque ya le había mencionado a Harry mi temor a una guerra que es lo más básico, no he podido decir cuál es el trasfondo de todo y que eso trae como consecuencia mi próxima condición como mortifaga, y que inevitablemente nos va a separar en dos bandos.
Para empezar ya estaba fallando en las expectativas de mis padres y de las familias sangre pura, ya que me había dejado embargar por la sensación de desdicha y las lágrimas recorrían mi rostro y yo no hacía amago de detenerlas. ¿Cómo es que iba a lograr convertirme así?
Un carraspeo interrumpió mis pensamientos, tuve que limpiar mis lágrimas y me puse de pie sin embargo no encare a la persona que me había interrumpido.
— ¿Pansy? — era él y su tono preocupado me contrajo el corazón. En ese momento quise abrazarlo pero me contuve.
Me aclare la garganta y me limité a asentir.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿Acaso tengo que pedirte permiso para venir aquí? —espete molesta y oí sus pasos acercándose.
—No, por supuesto que no. Solo que pensé que había olvidado una reunión. ¿estás bien?
Finalmente me di media vuelta, y me quede un momento absorta en su mirada, en aquella mirada que reflejaba los mismos miedos, con una carga tan pesada sobre su espalda y que sin embargo era capaz de transmitir paz y tranquilidad. Dichosos todos aquellos que podían compartir con él más momentos.

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Redención
FanfictionAun me pregunto, ¿Existe la redención para las personas como yo? Yo no sabía que la redención existía, hasta el momento en que él me lo demostró... •*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•. Todos los personajes le pertenecen a la maravillosa J.K Row...