Redención

CAPITULO XII

Capitulo dedicado a: ArwenCooper

Iba caminando por una sendera pisando las hojas secas que se encontraban en el camino, podía sentir el aire frio golpear contra su piel, pero sus pasos no titubearon en ningún momento, era como si su mente supiera perfectamente a donde se dirigía, pero al mismo tiempo su consciencia la hubiera privado de ese conocimiento. De repente paro en seco y observo a su alrededor; grandes arboles se encontraban rodeando el camino que recorría, dejándole el suficiente espacio para recorrer el camino trazado a no sabía dónde, se miró a sí misma y ahogo un grito.

Tenía puesto un vestido de novia que iba arrastrando por el camino, pero eso no fue la que lo sorprendió, si no la mancha de sangre que tenía el vestido, era como si en algún momento hubiera sostenido a alguien en su regazo, eso le llevo a observar sus manos y noto unos guantes que le cubrían medio brazo que también estaban cubiertos con sangre.

Se arrodillo como pudo y acerco sus manos temblorosas a su rostro, podía sentir las lágrimas deslizándose por sus mejillas, pero no tenía intención de limpiarlas, porque de repente un mal presentimiento se había instalado en su pecho y podía sentir un vacío en su estómago. ¿Por qué de la nada se sentía sola, abandonada y desprotegida? ¿Por qué sentía que se había quedado sin su amado para siempre?

—¿Dónde estás mi amor? — pregunto a la nada, con voz quebrada y el dolor desgarrándole el alma.

De repente un remolino de aire revolvió las hojas a su alrededor y tuvo que cubrir sus ojos de la tierra que comenzaba a remolinarse en torno a ella.

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No fue consciente de lo que sucedió después, lo único que veía eran diferentes recuerdos en diferentes etapas de su vida. Y después fue como si su mente hubiera puesto una pausa a un recuerdo especifico y deseo poder volver a cerrar los ojos... pero no pudo hacerlo.

Volvía a encontrarse en aquel lugar lúgubre, frio y cruel, aunque siempre supo que eso fue por el huésped no deseado que se había instalado ahí.

Sabía que estaba tirada en el frio y duro suelo, también podía sentir su cuerpo dolorido, todos sus músculos estaban tensos y su mente abstraída. Por el dolor de su cuerpo dedujo que la maldición imperdonable ya había hecho sus estragos, sin embargo, no estaba segura de que todo fuera a acabar ya, pero entre las nieblas que tenía su mente volvió a recordar las convicciones que tuvo la primera vez y también de quienes fueron su ancla a su cordura.

—Te voy a volver a preguntar y más te vale responder... ¿¡Qué más sacaron tus amiguitos y tú de mi bóveda!? —chillo aquella mujer, tenía que conseguir la información acomode lugar.

Bellatrix volvió a apuntarla con su varita y esta vez Hermione pudo cerrar los ojos, podía sentir como la inconsciencia la estaba alcanzando.

—Se me ha ocurrido una idea mejor.

Bellatrix se acercó a Hermione con una sonrisa cruel en su rostro. Se arrodillo en su lado derecho, tomo su brazo y mientras se carcajeaba comenzó a trazar con su daga la piel de la castaña. Hermione soltó un grito desgarrador y antes de quedar inconsciente su mirada choco con un rubio de ojos grises que veía la escena con una mueca de asco.

Hermione despertó bruscamente con la respiración agitada, sentía su garganta seca como si los gritos de su pesadilla hubieran sido reales. Busco a Draco a su lado, pero él ya no se encontraba ahí, seguramente tenía que llegar más temprano a la oficina y por una parte agradeció que no presenciara su pesadilla.