how we spent;; di angelo [ES]

photoshoot

Photoshoot

Post how we grew

— ¡Nico! —grité desde la habitación del departamento.

Sabía que estaba en la casa, pero no en dónde precisamente. Quité la toalla mojada de mi cabello y tomé un cepillo para comenzar a peinarme. Mientras tanto, caminé por el pasillo esperando su respuesta.

—¡Estoy en la oficina!

Rodé los ojos divertida y me encaminé hacia allí. Llegué a una habitación luminosa, con ventanales en la pared contraria a la de la puerta. En el centro, un escritorio amplio estaba dividido a la mitad, al igual que todo el ambiente.

La zona de la derecha traía decoraciones en blanco y amarillo. Había un cartel hecho de luces de neón en el que se leía sunflower, con la pared del fondo de color blanco. Una variedad de cuadros decoraba el espacio junto a la puerta. Marcos con pinturas, imágenes o frases inspiradoras que me gustaba tener al alcance. El escritorio, de color blanco, combinaba con una silla del mismo color y con una biblioteca llena de libros coloridos.

En frente, un sillón de color negro ocupaba la mayor parte del espacio. Una pared llena de dibujos hechos con marcadores permanentes decoraba alrededor del mismo. En una esquina, sobre una pequeña mesa de vidrio, unas plantas pequeñas se encontraban dentro de macetas de colores oscuros. Un par de libros las acompañaba. Lo que más destacaba de esa parte de la habitación era un chico tirado sobre el sillón, con una camiseta de color verde manzana y unos jeans doblados hacia arriba en la parte de abajo. Sus pies estaban descalzos. Leía algo en un IPad plateado, y despegó sus ojos de él para mirarme.

— ¿Qué pasa, nena?

Caminé hasta él y esperé a que levantara sus pies del asiento, para sentarme en esa parte del sofá. Sus pies se apoyaron en mi falda. El chico me miraba curioso.

—Necesito que me ayudes con el trabajo final de mi clase de fotografía.

Asintió.

— ¿Qué tienes en mente?

—Tengo que entregar una sesión de fotos completa, inspirada en algún fotógrafo famoso, y entregar una carpeta en un par de semanas.

—Suena complicado —Se encogió de hombros—. No es nada que no puedas hacer. ¿En qué precisas ayuda, amor?

Me distraje varios segundos al escuchar cómo me había llamado. Una sonrisa boba dominó mi rostro, y me estiré hasta acostarme sobre él. Deposité un pequeño beso en sus labios.

—Quiero que seas el modelo —susurré, con los ojos aún cerrados. Cuando los abrí, me miraba con el ceño fruncido.

—Ya hemos hablado sobre esto, Sammy. No me gusta ser el centro de atención.

Pasé una de mis manos por su rostro, quitando su cabello, enterrando mi mano en él. Apoyé mi otro codo sobre parte del sofá y lo miré de costado.

—Lo sé, pero hace cuatro años que tengo este tipo de tareas y nunca te pedí que lo hicieras. Es el trabajo final, Neeks. Por favor.

Mantuvo sus ojos sobre los míos por un par de segundos, antes de suspirar. Terminó asintiendo.

—De acuerdo —Rocé nuestros labios ante la emoción, jugando un poco con su labio inferior, donde desde hace unos meses descansaba un pequeño aro de color plateado. Al separarme, dejé nuestros rostros cerca, y le permití continuar—, pero no habrá otros modelos.

La sonrisa desapareció de mi boca.

—No voy a poder tomarte treinta fotos a ti solo.

Se encogió de hombros con una sonrisa.