sam and leo

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nota: varias personas me dijeron que les interesaba ver un poco más de Sam y Leo, así que acá les traigo algunas escenas sueltas al respecto. Espero sean de su agrado. Si la idea que tenían era algo completamente diferente, ¡díganme! Es solo que no sabía bien qué escribir, así que se me ocurrieron estas escenas perdidas. Tengo algunas más pensadas. Díganme si les interesan :)


Sam+Leo juntos incluiría:

     ·Noches de peleas por quién tiene las sábanas

Nota: esto es parte de la noche descrita al final de how we met; House of Hades: Negotiated.

Golpeé en la puerta de la cabina de Leo, escuchando un "Adelante" casi de inmediato. Abrí la puerta.

Su habitación era diferente a las otras del Argo II. Principalmente porque estaba abarrotada de trozos de metal, madera y cualquier objeto inservible que el chico considerara valioso. Además, su cabina estaba junto a la sala de máquinas, y desde allí se sentía el suave murmullo de los motores del barco volador. Por una puerta que, en una esquina, unía ambos espacios, asomaba un trozo enorme de bronce celestial que se asemejaba al morro de un dragón enorme.

El hijo de Hefesto estaba sentado con las piernas cruzadas, en el suelo, rodeado de tornillos. Armaba lo que parecía ser una pequeña caja de metal con inscripciones de Peligro en todos los costados. Alzó sus hermosos ojos marrones para verme entrar y cerrar la puerta detrás de mí, con una manta color azul marino colgando de una de mis manos.

—Hola, Sammy. ¿Ocurre algo?

Hice una mueca. Continué pasando mi mirada por su habitación para evitar verlo a los ojos.

— ¿Puedo dormir aquí?

El chico parecía haber olvidado que debía dormir por las noches, pero enseguida se levantó de su lugar y comenzó a patear sus herramientas y materiales a los costados, abriéndome un camino en el suelo de la cabina.

—Por supuesto —Llegó hasta mí y levantó mi barbilla con su mano, obligándome a mirarlo—. ¿Quieres decirme por qué? —Negué con la cabeza, sintiendo los ojos un poco llorosos. Leo respondió con una sonrisa tranquilizadora—. Está bien, no pasa nada. Puedes ir a la cama mientras arreglo este desastre.

Hice lo que decía, sentándome como indio en el colchón y observando atenta sus movimientos.

— ¿Qué estabas haciendo? —Se giró a verme, al parecer sin saber qué decir, y con la caja cubierta de advertencias en la mano. Le sonreí—. No te preocupes. Ya no quiero saber.

Me guiñó un ojo, con una sonrisa traviesa, y escondió su caja bajo montañas de otros proyectos aparentemente inacabados. Tan solo un par de minutos después se decidió a apagar la luz.

— ¿Te molesta si duermo sin camiseta? —preguntó por lo bajo, en la oscuridad.

Durante unos segundos, la idea me alarmó. ¿Dormir con un chico? ¿Sin camiseta? ¿En la misma cama? Entendí, afortunadamente, que no podía ser muy distinto a dormir con Nico.

—Claro —murmuré antes de sentir cómo se despojaba de su ropa.

Cuando se recostó a mi lado, despacio, había cambiado sus pantalones por unos deportivos. Ambos nos tomamos un tiempo para quitar las sábanas de la cama sin tener que despegar nuestros cuerpos de ella, y nos cubrimos por encima.

—Sam —dijo Leo, minutos después de que nos hubiéramos quedado quietos uno junto al otro—, si te sientes incómoda, solo tienes que decirlo, ¿sí? Puedo dormir en otra parte.

how we spent;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora