hotel pool

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hotel pool

pre-how we lived

— ¡Está casi vacía! —exclamé, acercándome al área de la piscina del hotel.

— ¿A quién, además de a ti, se le ocurriría venir apenas abre? —preguntó Nico, divertido, caminando de mi mano. Elevó su dedo índice para señalar un par de sillas vacías junto a una mesa pequeña—. ¿Te gusta ese lugar?

Asentí y ambos nos dirigimos hacia allí. Tomé asiento unos segundos, al mismo tiempo que Nico se quitaba sus camisetas y se colocaba sus lentes de sol, y observé las otras personas que estaban también allí. Solo había una pareja más. El chico, desde el agua, parecía haber convencido a su novia de entrar a la piscina con él. Para cuando ella se acercó a la escalera, yo ya había ingresado, manteniéndome lejos de ambos. Nico permanecía sentado en la reposera detrás de mí.

— ¡Está fría! —decía ella, apenas con los pies en el agua.

— ¡No lo está! —contestaba el chico, aparentemente divertido—. Vamos, ven —Se giró hacia mí unos segundos durante los que ella siguió quejándose —. ¿Ves? Ella está perfecta.

Inmediatamente desconecté mis ojos de los suyos, intentando que no me involucrara en la conversación. Nico me lanzó una sonrisa tranquilizadora.

— ¡No hagas eso! —escuché que gritaba la chica.

Me giré de nuevo hacia ellos, sin poder evitarlo, y vi cómo el chico le lanzaba agua en un intento de acostumbrarla más rápido. Fruncí el ceño.

— ¡Te estás comportando como una niña, Ash! ¡Es solo agua!

La chica, claramente avergonzada, pasó sus ojos por mí y luego por Nico, deteniéndose más en él.

—Creí que mi hermana era más valiente.

Eso funcionaba como explicación a por qué había mirado al hijo de Hades; el chico que la llamaba era su hermano.

—Deja de verlo —dijo él, por lo bajo, pero lo suficientemente alto para que Nico y yo escucháramos—, seguro le gustan las chicas más valientes.

Sin poder creerlo, uní mi mirada con la de mi novio, con mi boca abierta por la indignación. Él parecía reparar por primera vez en los hermanos, con su ceño fruncido. Les lanzó una mirada rápida y volvió a verme, enfurecida al escuchar chapoteos otra vez.

—No te metas —murmuró, más como un pedido que como una advertencia.

— ¡Vamos! Nadar le hará bien a tu cuerpo y quizá consigas un chico como ese.

Nico lo miró, de repente furioso. La expresión de enojo de su rostro fue reemplazada rápidamente por una de diversión: una ola enorme, salida de la nada, había hundido al chico, arrastrándolo hasta la otra orilla de la piscina. Mi acompañante, dejando sus lentes dentro del bolso que compartíamos, se dirigió hacia la escalera, donde la chica se había sumergido hasta la cintura. Ella miró hacia el lado opuesto al que ocupaba Neeks.

—El abdomen siempre es la parte más difícil, ¿no? —le dijo mi novio, en un acto de amabilidad que derritió mi corazón.

La adolescente se giró a verlo sorprendida, y no pude evitar unos segundos de pausa mientras lo miraba de arriba abajo. La entendía; ver a Nico sin camiseta era una vista abrumadora.

Nico se aclaró la garganta, no tan incómodo (porque ya estaba acostumbrado), y la chica se sobresaltó, sonrojada.

— ¿Qué? Ah, hmm, sí. Estoy de acuerdo.

— ¿Te parece hacerlo juntos?

Ella parecía incapaz de creer lo que Nico había dicho, pero asintió. Él contó hasta tres y ambos se internaron en el agua al mismo tiempo. Estuvieron hablando unos minutos, durante los cuales nadé y jugué con el agua en solitario.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2021 ⏰

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