back

817 51 2
                                    




Back

Las Pruebas de Apolo: El Oráculo Oculto

Una gran criatura alada emitía destellos en el cielo del campamento. La batalla contra el Coloso acababa de terminar, y parecía ser que alguien más venía a visitarnos.

Cuando escuché a Percy gritar de felicidad, y mover sus brazos saludando a la nada, creí que por fin le habían pasado facturas todos los años de batallas. Sin embargo, tan solo tuve que alzar la mirada para ver un dragón con destellos de color bronce surcar el cielo hacia nosotros. Distinguí dos figuras a lo lejos.

Para cuando llegué hasta al lado de mi mejor amigo, había una fila gigante ya formada.

Mis ojos se humedecieron en el preciso instante en el que lo vi desde mi posición en la línea. Lo había extrañado muchísimo. Leo había estado lejos por varios meses, sin enviar más que un maldito holograma, explicando que no sabía cuándo volvería. Nico y yo lo mirábamos cuando queríamos enojarnos.

— ¡La fila empieza a la izquierda! ¡Formen una cola ordenada, chicos! —gritó el hijo de Hades.

— ¿De verdad es necesario? —escuché que preguntaba Leo.

Solté una pequeña risa en medio del llanto. Todos utilizaban su puesto en la fila para golpear a Valdez, recordándole el dolor por el que nos hizo pasar a todos al desaparecer durante varios meses. Sin embargo, en cuanto llegué a él, no pude hacer más que abrazarlo fuertemente.

—Como te vuelvas a ir, Valdez...

—Ya entendí, Sammy. No debo desaparecer sin dejar mensajes.

Lo abracé más fuerte.

Escuché cómo alguien carraspeaba detrás de mí. Me giré hacia una chica.

—Hmm, ¿hola? ¿Y tú eres...?

—Calipso —contestó con una sonrisa, y me extendió su mano—. La novia de Leo.

Alcé las cejas.

—Ah.

Di unos pasos hacia atrás luego de tomar su mano, hasta quedar junto a Nico. El chico tenía una mueca divertida en su rostro. Apoyó su mano sobre mi hombro.

— ¿Te reemplazaron, amiga?

Aparté su mano de un manotazo.

—Cállate.

Una corta risa escapó de sus labios. Cuando me giré a verlo, toda mueca divertida había desaparecido de su rostro. Will apareció a su lado, y fue quien pasó a ver a Leo.

—Me alegro de que hayas vuelto, Leo. ¡Te extrañábamos!

Rodé los ojos.

—Cursi —susurré.

— ¡Hey! —dijo Nico—. No hables así de mi novio.

Mordí mi labio inferior y negué la cabeza viendo el cielo, burlándome aún más de él. El hijo de Hades se limitó a mostrarme la lengua, y a quedarse de pie junto a Solace. Segundos después, Nico pareció cansarse del rubio y se fue caminando enfadado, con el hijo de Apolo siguiéndolo sonriente.

—No me decido quién está más celosa: si Cali luego de verte abrazarme, o tú al ver a esos dos.

Me volteé a ver a Leo.

— ¿De qué hablas?

— ¿Cómo va tu amistad con Nico? —preguntó.

—Complicada —dije—, como siempre.

Asintió.

—Presiento que tienen unos meses complicados por delante.

Fruncí el ceño.

— ¿Tú crees?

how we spent;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora