4. Cerúleo

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Porque tal vez todos esos pensamientos son ciertos, he allí la razón de su pesadez.

Un par de meses habían pasado desde su último cambio involuntario de cabello. Aquel día, específicamente, era catorce de febrero.

Jimin estaba sentado a la orilla del lago negro, sus pensamientos iban entre lanzarse dentro y ver si alguna criatura lo devoraba o cambiar todo su cuerpo hasta volverse un diminuto pez y perderse entre las rarezas del lago.

Suspiró, tampoco es que quisiera preocupar a sus padres y hermano, tampoco a Taehyung. Pero, definitivamente, si quería desaparecer de la vida de Jeongguk.

—¡Park Jimin, te he buscado por cada salón y rincón! –Taehyung llegó gritando y lanzándose al pasto–

—Lo siento, TaeTae. Te prometí que te ayudaría a entregarle tu regalo a Yoongi hyung y lo olvidé.

Park jamás despegó su mirada del agua y Kim lo miró curioso, dándose cuenta del desánimo de su amigo.

—No importa, pude entregárselo solo –comentó con una sonrisa– ¿Pero, qué haces aquí? ¿Estás bien?

Fue entonces que Jimin despegó la vista del lago y vio a la cara a su amigo, estaba al borde de las lágrimas.

—Creo que me gusta Jeongguk.

Jimin estaba tan concentrado en no llorar que no se dio cuenta como su rosado cabello se iba oscureciendo hasta quedar opaco, un tono triste, un cerúleo.

Metamorfomago || KOOKMIN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora