Metamorfomago || KOOKMIN ||

5. Verde oliva

Porque su estómago parecía estar en guerra consigo mismo y todo daba vueltas dentro.

Aún siendo catorce de febrero, Jimin decidió no dejarse llevar por sus negativos pensamientos.

—No te desanimes, Park, aún no sabes qué siente él por ti –le había dicho su mejor amigo de toda la vida–.

Lo que sí había hecho, era evitar al chico lo más que podía. En las clases se había sentado junto a sus amigos de otras casas, Namjoon de Ravenclaw para pociones y Yoongi de Slytherin para historia. Éste último pasó toda la clase jugando con un reloj de bolsillo que mostraba las constelaciones en el espacio, regalo de Taehyung.

Sin embargo, a Park se le hizo extremadamente complicado evitar al chico en la cena. Porque a Jeon no le importó llegar a su lado y correr a la chica que hablaba con él animadamente.

Su rostro serio hizo que Jimin se pusiera nervioso y desviara la mirada a su plato a medio comer. De repente ya no tenía hambre.

—¿Por qué cambiaste tu cabello? –preguntó mientras acariciaba un mechón del mismo–

—No lo hice adrede, solo pasó.

—No me gusta –declaró y Jimin se digno a verlo con tristeza en sus ojos–. Parece como si fueras a llorar.

—Quiero llorar, déjame en paz –Jimin ni siquiera pensó antes de hablar ni mucho menos antes de levantarse y salir corriendo–.

Escuchó como Jeongguk lo llamaba mientras lo seguía a unos metros de distancia, por mala suerte también escuchó como una chica lo llamaba, se giró para ver cómo dicha chica retenía a Jeon mientras le entregaba una bolsa con un chillón color fucsia y corazones.

Jimin quiso vomitar y nada tenía que ver conque las escaleras estuvieran moviéndose. Por segunda vez en el día, Jimin sintió como su cabello cambio de color.

Jaló un mechón de su cabello para verlo y rió junto al pensamiento de que sería el chico vómito, definitivamente era un color feo.

No se había movido, por eso perdió el camino a donde iba cuando las escaleras cambiaron de lugar de nuevo, vio a lo lejos como Jeongguk hacia una reverencia y rechazaba el regalo. Fue entonces que salió de su ensoñación y subió el resto de las escaleras corriendo.

Debía ir al baño y ocultar ese color tan feo por uno que le gustara a Jeon.